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“La trama de Aquí pasa algo raro aborda la trata de personas por parte de mafias ominosas que mercan con la vida e ilusiones de quienes huyen a cualquier coste de sus países natales”, explica Guzner. LA PRENSA/EFE

Aquí pasa algo raro: La última novela de Susana Guzner sobre la trata de personas

"Me conmueve profundamente la migración forzosa de quienes huyen desesperadamente dejando todo atrás, un destierro sin más horizonte que un brumoso horizonte de “la Europa soñada”, comenta Susana Guzner

La escritora argentina Susana Guzner combina humor y novela negra para narrar un “drama humanitario” que transcurre en Gran Canaria en su última novela Aquí pasa algo raro.

“Puede que me movilizara la indignación frente a una situación inequívocamente injusta. Pero, y muy adrede, he evitado una literatura panfletaria”, afirma en entrevista con Efe.

Aurora Barragán es la protagonista de la novela Aquí pasa algo raro, una madrileña que se ve atrapada sorpresivamente en “un inesperado enredo de confusiones de identidad”, así lo comenta la autora, Susana Guzner.

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Esta fascinante historia tiene “una arquitectura narrativa diamantina” en el que sus personajes pocas veces son lo que aparentan, y envuelve al lector con giros argumentales sorpresivos. Después de publicar La insensata geometría del amor y Punto y aparte, la escritora vaticina un éxito similar.

“Me conmueve profundamente la inmigración forzoza”

Imagen de la portada de la novela Aquí pasa algo, de la argentina Susana Guzner.

Es la segunda edición de la obra… ¿la primera salió en otro lugar?.

— Susana Guzner: “Aquí pasa algo raro” fue publicada inicialmente por una editorial española, pequeña, pero con un catálogo interesante. Lamentablemente, muy poco tiempo después cerró de forma repentina y apenas si se distribuyeron un puñado de ejemplares. No obstante, he leído algunas opiniones en prensa y foros muy halagüeñas, valga la inmodestia.

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Para rescatarla de esa suerte de “limbo literario” decidí regresarla a la vida, re-crearla y publicarla simultáneamente en el España, Argentina y en otros lugares de América Latina, en la esperanza de que su “renacimiento” sea muy fructífero.

—El tema de la migración es recurrente ¿por qué decidió abordarlo desde esa perspectiva tan emocional que engloba todo eso que puede conllevar un destierro?.

—S.G.: La trama de la novela aborda precisamente la trata de personas por parte de mafias ominosas que mercan con la vida e ilusiones de quienes huyen a cualquier coste de sus países natales, y relato las peripecias de una de esas mafias en plena acción. Me conmueve profundamente la migración forzosa de quienes huyen desesperadamente dejando todo atrás, un destierro sin más horizonte que un brumoso (y falso, la mayoría de las veces) horizonte de “la Europa soñada”.

— ¿Se siente identificada?.

— S.G.: Pues… No personalmente, pero de un modo transitivo puede que sí. Yo misma debí exiliarme en España en 1976. Pero el mío fue un exilio privilegiado: fui recibida por personas muy solidarias y reorganicé mi vida entre afectos y sin mayores penurias. No podría ponerme en los zapatos de alguien que huye de su tierra en busca de un sueño que, muchas veces, termina en la peor pesadilla, excepto a través de la solidaridad.

Comenta que los personajes de esta historia se desenvuelven en un “ser-no ser”, mutan de estado de ánimo y habla de la pérdida de identidad… ¿lo plantea como una consecuencia de esa migración forzosa o cómo un comportamiento natural en el ser humano: aparentar lo que no se es?.

—S.G.: Ese “ser-no ser” que menciona no se refiere a personas migrantes, sino que está centrado en los enredos propios del suspense de humor que viven las y los protagonistas, tanto de la mafia como los ajenos a ella. Todo comienza cuando Aurora Barragán se ve atrapada sorpresivamente en un inesperado enredo de confusiones de identidad. Es una novela muy coral, y he optado por una arquitectura narrativa diamantina, una suerte de caleidoscopio de identidades –hondamente consustancial al argumento– que escenifica un peculiar baile de disfraces, en el que sus numerosos personajes pocas veces son lo que aparentan, llevados por las circunstancias.

Esta fascinante historia tiene “una arquitectura narrativa diamantina” en el que sus personajes pocas veces son lo que aparentan, y envuelve al lector con giros argumentales sorpresivos”, comenta Susana Guzner

“He disfrutado moviendo mis personajes por la peculiar Babel”

—Hay diferentes nacionalidades, esto le da un toque multicultural a la narrativa ¿Fue complicado incluir estas variantes del idioma en la narrativa? ¿Qué mensaje es el que quiere dar con esta mezcla?.

—S.G.: Dado el cariz de su “comercio”, estas bandas están casi siempre capitaneadas por delincuentes de diferentes países. De ahí la composición de la pandilla que protagoniza mi novela: Armand Desailly (marroquí); Fetia Chadid (saharaui); Titina (Sierra Leona), Carolina Malpico (madrileña) y Carmelo y Alexis Socorro (grancanarios). El abanico de idiomas es, pues, inevitable, lo cual da pie a graciosos juegos de lenguaje donde se entremezclan el inglés, el francés, el castellano y sus respectivos argots, si bien se habla en castellano como idioma unificador. Le diré que esta propuesta no me resultó particularmente difícil. Por el contrario, he disfrutado mucho moviendo a mis personajes por entre esta peculiar Babel que colabora y mucho al tono humorístico general. Más que un mensaje, diría que es un condimento literario.

—Todo transcurre en Gran Canaria ¿por qué? y ¿Por qué decidió que la protagonista fuera madrileña?.

—S.G.: Canarias es uno de los puntos más álgidos en el tráfico de personas de origen africano en su ruta hacia Europa. Conozco este deplorable fenómeno muy de cerca porque he residido algunos años en Las Palmas, y la llegada de los cínicamente llamados “ilegales” (para mí “ilegal” es negarles pan y una vida digna a los seres humanos…) sucede a diario. Arriban a oleadas por las noches, apenas vivos, muchos mueren en la travesía en endebles barcas o cayucos, y, si la policía está avisada, se les apresa y deporta. Es tremendamente dramático. En cuanto a Aurora, la protagonista, es madrileña porque ella así lo quiso. Me “contó” que deseaba unos días de paz en sus anheladas vacaciones, desconectarse del febril trajín madrileño y de su exigente trabajo como alta ejecutiva en la multinacional Caramelian, y que deseaba conocer Gran Canaria. Le di el gusto, pero ni ella ni yo sabíamos que iban a confundirla con una mafiosa de alto voltaje y que sucedería lo que sucede… .

— ¿Por qué el tema de la trata de personas?.

— S.G.: Las historias suelen nacer de manera espontánea, y una nunca sabe por qué tal tema o tal otro. Rara vez escribo a sabiendas o con una intención prefijada: los argumentos surgen, se imponen, y mi yo obedece. Tampoco escribo autobiografías, aunque la frontera entre mi devenir personal y las ficciones que imagino es imperceptible: soy todas y todos mis personajes – e incluyo objetos, edificios, fenómenos naturales, etc. – porque emanan de mí, pero a la vez no soy ninguno de ellos.

— El humor y la novela negra en conjunto ¿por qué esta mezcla?.

— S.G.: Quizás porque, como dije antes, la trata de seres humanos es un drama humanitario que me toca en lo profundo y sólo el humor me permite abordarlo con una mayor libertad y burlarme de gente despreciable que, en la vida real, sólo querría verles rindiendo cuentas ante la justicia.

—Dice que la historia presenta giros argumentales ¿nos explica un poco más?.

— S.G.: Los giros argumentales abundan en “Aquí pasa algo raro” en consonancia con la agilidad de la narración y el misterio que la envuelve: a veces parece que va a suceder algo en particular pero, de pronto, cambia y resulta ser su opuesto, inesperado, sorprendente. Todo ello, claro está, sin perder el férreo control del argumento central desde el primer hasta el último párrafo.

—¿Cuánto tiempo le llevó completar esta fascinante historia?.

— S.G.: ¿Sinceramente? No tengo idea. Entre notas, elucubraciones, frecuentes cambios de rumbo, reescrituras e idas y vueltas, me es imposible medir el tiempo físico. Tanto más, cuanto la creación pocas veces coincide con el tiempo medido por el reloj.

— ¿Qué le inspiró para escribir la novela?.

— S.G.: Puede que me movilizara la indignación frente a una situación inequívocamente injusta. Pero, y muy adrede, he evitado una literatura panfletaria. Aspiro a que quien lee saque sus propias conclusiones éticas, y, desde ya, literarias.

— Después “La insensata geometría del amor” ¿cuáles son sus expectativas con este nuevo libro?

— S.G.: “La insensata geometría del amor” me proporciona grandes satisfacciones. Lleva cuatro ediciones en castellano y varias traducciones, lo que ha superado mis expectativas. Una acogida similar ha tenido mi libro de relatos Punto y aparte. A Aquí pasa algo raro, de muy diferente tesitura literaria a los anteriores, le auguro una acogida similar.

Cultura novela archivo

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