Wilton López sin control es como un orador sin voz. Probablemente sería igual a Nemesio Porras sin tacto o Ernesto López sin poder.
La marca de distinción del estupendo tirador leonés vapuleado anoche por los Dantos, ha sido su puntería. Pero ayer vivió una pesadilla.
Y curiosamente, López no dio ningún boleto durante la breve estadía de 1.2 inning en el box, en el que cedió seis hits y seis anotaciones limpias.
Pero no tuvo la habilidad de ubicar sus disparos sobre el plato, llegando incluso a propinar par de golpes que apuraron su salida del partido.
López no es invulnerable. Está expuesto, como todo lanzador, a ser descifrado, sin embargo lo que ocurrió ayer nadie lo previó, pero sucedió.
Wilton no lanzaba en un juego desde el pasado 12 de septiembre y aunque entrenó, no estuvo bajo la presión de bateadores rivales.
Anoche no tuvo ritmo, no tuvo control y fue agredido sin piedad, en ruta a un revés 9-2 ante unos Dantos que llegaron muy agresivos.
En la acera contraria, el también diestro Jorge Bucardo, fue diferente. Lució como se espera lo haga un líder de staff y ganó la batalla a López.
Bucardo tuvo algunos apuros leves, pero la enorme ventaja inicial le dio la tranquilidad que necesitaba para afianzarse y atrapar la victoria.
Su sinker hizo daño, pero sobre todo se apoyó en su control para ser consistente en la zona, para mezclar sus disparos y mantener la bola bajita.
Jorge es un lanzador respetable y su presencia contra Wilton en el montículo, anticipaba un duelo de picheo, pero Wilton no hizo su parte.
Al final, los Dantos lo hicieron todo bien, luciendo superiores a un Bóer que dio la impresión de tener la cabeza en otro lado y que no supo reaccionar.
Mañana podría ser un día distinto, pero será hasta entonces que vamos a descubrir que tan golpeados terminaron los Indios luego del tropezón inicial.
Por ahora habrá que reconocer a los Dantos, que una vez más encontraron el antídoto para sujetar a los Indios.