El servicio de agua potable está afectado en diferentes sectores de Estelí a consecuencia de las fuertes lluvias que hicieron estragos desde el pasado 11 de octubre en la ciudad. Fuentes vinculadas a la empresa aguadora estatal explicaron que el problema se debió a que los aguaceros han dañado el precario sistema de energía eléctrica, lo que ha causado fallas en diferentes pozos que abastecen algunos barrios de la ciudad. Incluso cuando es restablecido el servicio, este llega con menos voltaje.
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Así mismo, las fuertes corrientes de algunas quebradas cuyos caudales se desbordaron han roto algunos tubos madres que abastecen algunos sectores de la ciudad.
Héctor Manuel Rugama, habitante del sector conocido como Las Aldeas del barrio Oscar Gámez, número uno, asegura que desde el jueves pasado no les llega el agua, mientras nos muestra un barril vacío que tiene en el área del lavandero de su casa.
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Según Rugama, en dicho sector están afectadas unas 30 viviendas y alega que él y sus vecinos van a casas de familiares ubicadas en otros barrios para realizar sus necesidades. El agua de la lluvia les ha servido a los pobladores para realizar algunos quehaceres, agrega Rugama, quien colocó otro barril debajo del canal en el que desemboca el agua de la lluvia en el techo de su casa.
Asegura que han estado comprando los botellones de agua para tomar y manifiesta que ese problema lo han venido enfrentando desde hace mucho tiempo, pero nunca les había fallado el agua potable durante varios días.
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LA PRENSA consultó a la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados Sanitarios (Enacal) sobre la situación, pero dijeron que no había nadie autorizado para brindar declaraciones. Sin embargo un funcionario, de forma extraoficial, dijo a un medio de comunicación local que han estado trabajando para restablecer el servicio esta semana. Aseguró que esa misma situación se vive en otros barrios, aunque con menos severidad.
Estelí también es una ciudad oscura, ya que desde el jueves pasado se han venido sumando los barrios donde las luminarias públicas se han apagado, incluyendo en trayectos de la carretera Panamericana.