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jóvenes, Nicaragua

Augusto Calderón Sandino

El gobierno de hoy no es sandinista sino orteguista, la policía igualmente orteguista, y el ejército no tiene sus raíces en el General de Hombres Libres que fue Sandino

Querida Nicaragua: Es mucho lo que la juventud actual debería saber de este nicaragüense llamado Augusto Calderón Sandino y al que todos suelen llamar como Sandino, proyectado heroicamente hacia el continente. Larga es su historia, difícil de compactar en este pequeño espacio.

Su madre, una humilde joven cortadora de café, su padre un joven de la aristocracia granadina, de apellido Sandino. El muchacho no era nada tímido y sabía enfrentar los problemas que se le presentaban. Era arrojado y valiente. En Niquinohomo, su pueblo natal, tuvo una riña con alguien, un incidente que lo obligó a salir de Nicaragua en aquellos tiempos con caminos de mula y de carreta. Estuvo en Honduras y demás países centroamericanos hasta llegar a México donde trabajó como obrero y seguramente obtuvo algunos conocimientos y sobre todo se identificó con la lucha del obrerismo mexicano y le nacieron inquietudes por combatir las continuas intervenciones yanquis en nuestros países y luchar por la soberanía de Nicaragua.

Luego del golpe de Estado de Emiliano Chamorro contra el presidente Carlos Solórzano en 1925, surge la revolución liberal constitucionalista liderada por José María Moncada. El presidente Adolfo Díaz pide una nueva intervención norteamericana. Moncada negocia con el enviado norteamericano Henry L. Stimpson y firman el tratado del Espino Negro en Tipitapa.

Sandino, quien viene en la revolución triunfante, no acepta el tratado y se marcha con sus hombres a las montañas segovianas, principalmente Jinotega y Nueva Segovia. En estas montañas hace su cuartel general en el cerro El Chipote, desde donde inicia una guerra de guerrillas en contra de los invasores y jura sacarlos del país. Fue una guerra que ensangrentó a Las Segovias y trajo escasez, sufrimiento y muertes en todos los caminos segovianos. Fue una época de ingrata recordación para todos los segovianos.

Recuerdo que en las pláticas familiares de mi pueblo, cuando ya Sandino había sido asesinado por orden de Somoza García, se hablaba del horror de aquella guerra, y se contaban truculentos episodios sobre el asesino lombrosiano Pedrón Altamirano que formaba parte de las huestes del General. Todos tenían a Sandino como un “bandolero”. Los adolescentes nos criamos con la idea del Sandino bandolero.

Cuando fui adulto y empecé a enterarme de toda la historia pude encontrar en Calderón Sandino a un hombre patriota, anticomunista, arrojado y valiente luchando por defender la soberanía nacional, el hombre que en lucha desigual echó del país a los invasores norteamericanos. Y ese es el sandinismo legítimo y verdadero en el que debemos creer. El gobierno de hoy no es sandinista sino orteguista, la policía igualmente orteguista, y el ejército no tiene sus raíces en el General de Hombres Libres que fue Sandino. Es cómplice del orteguismo.

El autor es director general de Radio Corporación

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