El repudio por los crímenes de lesa humanidad perpetrados contra los nicaragüenses obligó a Daniel Ortega a cancelar por segunda vez en menos de dos meses su participación en un foro mundial, aislándose aún más de la comunidad internacional para vivir confinado en su casa, en El Carmen, de donde sale poquísimas veces, incluso en Managua.
Esta vez el dictador desistió de ir a la XXVI Cumbre Iberoamericana, que se realiza en Ciudad Antigua, Guatemala, donde asisten 16 jefes de Estado y el rey de España, Felipe VI, además de cuatro vicepresidentes.
Desde que se conoció que Ortega participaría en dicha cumbre, nicaragüenses radicados en ese país, incluidos algunos que han huido de la represión, se movilizaron a Ciudad Antigua, donde se realiza el evento, para repudiar la presencia del dictador por sus crímenes y represión. Con pancartas, fotografías de algunos de los asesinados y la bandera de Nicaragua, los connacionales se apostaron en las afuera del local.
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La Secretaría de Comunicación de la Presidencia de Guatemala confirmó a LA PRENSA que Ortega canceló su asistencia a la Cumbre alegando motivos de “agenda”, sin ahondar en mayores detalles.
La XXVI Cumbre Iberoamericana comenzó este jueves y concluirá este viernes con una declaratoria de compromiso de la comunidad iberoamericana con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), acordados en la Agenda 2030 de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Según el calendario del evento, Ortega estaba previsto que llegara a Guatemala este jueves en la mañana, sin embargo luego se informó que había pospuesto para el viernes. Horas más tarde, la Presidencia guatemalteca informó de la cancelación de Ortega, pese a que el anfitrión de la Cumbre, el mandatario Jimmy Morales, había pedido una reunión bilateral con el nicaragüense.
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Esta es la segunda ocasión que Ortega desiste de participar en un foro internacional durante el contexto de la crisis sociopolítica, que inició en abril, debido a los crímenes del régimen orteguista en contra de las protestas ciudadanas.
Tampoco fue a la ONU
Ortega tampoco acudió a la 73 Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, Estados Unidos, en septiembre pasado, suspendiendo el mismo día en que iba a intervenir. Tanto en la Asamblea General de la ONU como en la Cumbre Iberoamericana en Guatemala, Ortega iba a enfrentar un escenario adverso por las protestas de nicaragüenses que denuncian a nivel internacional las violaciones de derechos humanos, los más de quinientos muertos y la criminalización de las protestas ciudadanas por parte del régimen en Nicaragua.
La mayoría de presidentes de gobiernos latinoamericanos que están en la Cumbre Iberoamericana han condenado la represión orteguista y le han demandado a Ortega retomar el diálogo nacional para buscar una salida pacífica a la crisis sociopolítica.
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En la Cumbre participan el rey y el jefe de gobierno de España, Felipe VI y Pedro Sánchez, respectivamente, así como su ministro de Relaciones Exteriores, Josep Borrell. Este último recién calificó de dictadura al orteguismo y se expresó partidario de que la comunidad internacional le imponga sanciones por la “sanguinaria” represión a las protestas ciudadanas.
Mantendrán protesta
El diario guatemalteco elPeriódico había repudiado la presencia de Ortega en ese país y criticó al gobierno de Jimmy Morales, porque lo recibiría “con todos los honores el ingreso del narcocleptodictador Daniel Ortega”.
“El estallido de la crisis política más sangrienta desde la década de los ochenta, no han inmutado al gobierno de Jimmy Morales, que se abstuvo de votar en agosto pasado ante la Organización de Estados Americanos sobre la creación de un grupo de trabajo para Nicaragua, con el fin de apoyar el diálogo nacional y contribuir a buscar soluciones pacíficas y sostenibles”, reseñó la publicación, que añadió: “Ortega, apoyado por su compañera de vida y de fórmula Rosario Murillo, ha utilizado las mismas despiadadas tácticas de Anastasio Somoza”.
Además el diario guatemalteco exigió al gobierno de Morales que “no se permita el ingreso al país del cínico y repugnante asesino, rufián impresentable, Ortega”.
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En las inmediaciones del sitio donde se realiza la Cumbre, los nicaragüenses también instalaron una exposición fotográfica al aire libre con imágenes de lo que ha sido la represión del régimen a la resistencia pacífica de la población durante casi siete meses en Nicaragua.
Manolo Lagos, nicaragüense radicado en Guatemala, indicó que este viernes en el segundo día de la Cumbre seguirán expresándose “para que el mundo sepa lo que está pasando en Nicaragua”.
Antes de conocer la suspensión de la visita de Ortega, los nicaragüenses autoconvocados en Guatemala organizados en SOS Nicaragua Global emitieron un comunicado a través del cual denuncian que “lo que hoy vive Nicaragua es terrorismo de Estado”, que tiene por objetivo provocar el mayor número de muertos, capturas y desapariciones de persona, “en su intento por callar la disidencia”.
La nación que antes se proclamaba de ser la más segura de Centroamérica “es ahora un país con delincuencia , secuestros y muertes a la orden del día”.
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“Y con la ley contra el terrorismo”, dice el comunicado de la diáspora nicaragüense, “se ha criminalizado cualquier acción que el régimen considera subversiva, particularmente a los ciudadanos que ejercen su legítimo derecho a la protesta y a la defensa de los derechos humanos e incluso la portación de cualquier símbolo patrio como la bandera nacional”.
En su comunicado denuncian que “Ortega ha querido usar la muerte para callar nuestro grito de justicia, democracia y libertad, pero esta llama que encendió no podrá apagarla jamás”.
Ortega huyó de protestas
Para el exvicecanciller de Nicaragua, José Pallais, el hecho que Daniel Ortega no fuera a la Cumbre Iberoamericana “lo confirma como una persona paranoica” ante expresiones de rechazo en su contra por parte de los ciudadanos.
“Le preocupa que en la Cumbre fuese la noticia su llegada y se activaran protestas mayores de ciudadanos en Guatemala, que harían a Ortega foco de atención de manera negativa. Pienso que tampoco resistiría escuchar reproches del resto de mandatarios”, opinó Pallais.
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A la Cumbre Iberoamericana asisten Lucía Topolansky, vicepresidenta de Uruguay; Marta Lucía Ramírez, vicepresidenta de Colombia; Juan Carlos Varela, presidente de Panamá; Michel Temer, presidente de Brasil; Juan Orlando Hernández, presidente de Honduras; Martín Vizcarra, presidente de Perú; Carlos Alvarado, de Costa Rica; Evo Morales, presidente de Bolivia; Salvador Sánchez Cerén, de El Salvador, y Marcelo Rebelo de Sousa, de Portugal; el presidente de México, Enrique Peña Nieto; el rey de España, Felipe VI, y el presidente español, Pedro Sánchez.
En Nicaragua nada está normal, desde el 19 de abril nuestro país se sumergió en un mar de sangre como consecuencia de la violencia desatada por la dictadura Ortega Murillo”.
Denuncia de la diáspora nicaragüense en Guatemala.
Los exembajadores de Nicaragua en Costa Rica y Alemania, Mauricio Díaz y José Dávila, respectivamente, consideran que la decisión de Ortega en intentar asistir a esa Cumbre Iberoamericana no era casualidad, sino la búsqueda de un acercamiento con los mandatarios latinoamericanos y de España, en momentos en que la mayoría ha condenado al régimen orteguista por la brutal represión contra los nicaragüenses en más de seis meses de protestas.
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Los exembajadores Díaz y Dávila, expresaron, por separado, que la mayoría de los jefes de estado en la Cumbre, han condenado la represión de Ortega al pueblo a través de la Organización de Estados Americanos (OEA) o de manera bilateral.
Dávila y Díaz creen que Ortega buscaba repetir en la Cumbre la mentira de que enfrentó un golpe de estado para tratar que los gobiernos relajen sus posturas contra su régimen, va a fracasar porque consideran que la comunidad internacional está clara de las violaciones a los derechos humanos cometidos por la dictadura en Nicaragua.
Díaz espera que en este foro los mandatarios aborden la crisis en Nicaragua. “Uno de los temas de la Cumbre es la crisis de migraciones en la región, y Nicaragua está inmerso en el tema porque miles de nicaragüenses están huyendo a Costa Rica de la represión” del régimen, dijo.
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Para Dávila, si Ortega repetía en la Cumbre su discurso agresivo hacia Europa podría causar que se apliquen las sanciones hacia su régimen, que ha pedido España.
El jueves pasado Ortega tildó a los países de Europa de fascistas y violadores de derechos humanos, y adelantó que no permitirá el ingreso a Nicaragua de una delegación del Parlamento Europeo, que se anunció entre el 22 y 25 de noviembre.
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El dictador Daniel Ortega desde que está en el poder de Nicaragua ha participado en dos ocasiones anteriores en cumbres iberoamericanas, una en 2007 en Chile y la segunda en 2008 en El Salvador. La Cumbre de 2007 en Santiago de Chile fue escenario del enfrentamiento que Ortega y el presidente de Venezuela, Hugo Chávez (ya fallecido) tuvieron con España. El rey español Juan Carlos dio su famosa frase “¿Por qué no te callas?” a Chávez por los insultos de éste al gobierno español. Mientras Ortega llamó “mafia” a la compañía española Unión Fenosa, que era dueña de la concesión de distribución de energía en Nicaragua.