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La Caja de Pandora de Nicaragua

En la mitología griega se encuentra registrada la epifanía de Pandora, creación de Hefesto por mandato de Zeus, para castigar a la humanidad porque Prometeo se apropió del fuego para dárselo, en franco desafío a los propósitos inescrutables de la divinidad olímpica.

Pandora, incomparablemente bella y sensual, adornada con los más exquisitos atributos, fue enviada a la Tierra conducida por Hermes, y fue portadora de una caja cuyo contenido era todo un misterio insondable. Se enamoró de ella Epimeteo, hermano de Prometeo, y a pesar de que muchos le advirtieron del peligro que corría al desposar a tan encantadora dama, este, ciego de amor, puso oídos sordos a los augures que como Casandra en Troya solo eran portadores de funestos presagios.

Al abrir los regalos del día de la boda, como se acostumbra desde aquellos remotos siglos, Pandora, abrió la caja que llevaba y de ella salieron todos los males, todas las desgracias y tragedias que desde tiempos inmemoriales ha venido enfrentando el género humano. En el fondo de la caja, aferrada y sin querer salir, tal vez por miedo a contagiarse del mal que irradiaban sus concomitantes o quizás esperando días más propicios para salir con todo su esplendor, solo quedó uno de los dotes de los que ahí se encontraban: La Esperanza.

Algunos se preguntarán: Bueno, pero ¿qué tiene que ver esto con la Nicaragua actual?

Muy sencillo. Desde que triunfó en 1979 la llamada Revolución Popular Sandinista (que ni fue revolución, ni fue popular, ni fue sandinista) muchos nicaragüenses por acción u omisión, como el Epimeteo del relato que he hecho, se enamoraron de dicho movimiento. Recuerdo esto porque si bien es hora de acción y de unidad democrática para superar la crisis, también lo debe de ser de reflexión para que no volvamos a equivocarnos.

Decía que mientras unos apoyaban y aplaudían al FSLN en la década de los 80, otros nos dispusimos a seguir la lucha por la democratización de Nicaragua. Primero, cívicamente cuando fundamos el Partido Social Demócrata (PSD) el 23 de septiembre de 1979 y luego, ya en el exilio, formando parte de la Resistencia Nicaragüense (RN) desde 1982 hasta el triunfo de doña Violeta en 1990.

Actualmente el FSLN encabezado por el binomio Ortega-Murillo, nuevamente desde antes y después del histórico 18 de abril pasado, ha vuelto a sacar su Caja de Pandora: Muerte (535 compatriotas vilmente asesinados), 4,500 heridos, 550 prisioneros políticos, centenares de torturados, más de 50 mil en lo que constituye la diáspora nicaragüense. Y una economía al borde de la bancarrota total, que nos llevará muchos años volver a levantar.

Por nuestros mártires y por el futuro de Nicaragua, la lucha por el cambio debe continuar hasta la victoria total.

*El autor es periodista y secretario general de la Asociación de Nicaragüenses en el Extranjero (ANE).

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