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Nuevas acciones de la RSE

Existe el falso imaginario de que la responsabilidad social empresarial (RSE) suele ser un conjunto de acciones improvisadas, que se rigen dependiendo del contexto de la sociedad y el mercado. Sin embargo, la Agenda 2030, Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), desmitifica esa percepción y fortalece la gestión de la RSE.

Antes de la Agenda 2030, los principales referentes metodológicos eran: las Líneas directrices de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) en 1976, la Global Reporting Initiative (1997), el Pacto Global en RSE (1999), Normas ISO 26,000 en RSE (2010), Código del Buen Gobierno para la Empresa Sostenible (2002), Matriz sobre Comunicación e Información sobre aspectos de responsabilidad social elaborado por la Responsabilidad Social Incorporada en Europa (2002), la Norma ISO 14031, sobre Evaluación de la Gestión Medioambiental, así como la Declaración de Johannesburgo sobre Desarrollo Sostenible.

Conviene aclarar que antes de los ODS, no es que las empresas no hacían RSE, sino que cada organización imprimía su propio sello. Algunas apostaron más hacia una gestión con metodologías cualitativas, para dimensionar los rostros de los grupos de interés; otras en cambio implementaron un esquema más cuantitativo, focalizado más en las estadísticas que en las personas; y otras empresas para tener las dos caras de la luna, decidieron implementar un enfoque cualicuantitativo con el objetivo de tener una radiografía más fiel de la RSE con los grupos de interés.

A partir de 2016, con la entrada en vigencia de la Agenda 2030, existe una clara tendencia hacia un enfoque dominante cuantitativo. Esta característica obedece a que la Agenda 2030 tiene como mandato no quedarse únicamente en una declaración de 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible y 169 metas por cada objetivo, sino que define 231 indicadores para medir y evidenciar el cumplimiento de cada objetivo a nivel global, país, y organización.

Frente a este nuevo escenario, se requiere nuevas capacidades en la gestión de la RSE, tal como expone la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal): “se necesita mejorar la producción de datos y estadísticas para monitorear el progreso de los ODS, lo que implica requerimientos de construcción y fortalecimiento de capacidades estadísticas especializadas en países en desarrollo” (P. 6).

La Agenda 2030 se constituye no solo en un referente metodológico para la gestión de la RSE, sino en un reto y desafío, para redefinir el enfoque de RSE en cada organización; es una oportunidad para orientar técnicamente la gestión de la RSE, porque establece indicadores que permiten monitorear y evidenciar cómo está articulada con la Agenda 2030 de los ODS.

El autor es consultor en RSE y Comunicación

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Opinión ODS RSE archivo
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