Después que la vicepresidenta designada, Rosario Murillo, dijo que se realizarían 224 actividades de unción y bendición en Managua, los grupos evangélicos se han dado a la tarea de ejecutar sus palabras, acciones que no han tenido un impacto mayor en la población, que sigue demandando la salida del poder de la pareja dictatorial.
Para el investigador en Ciencias Sociales, Mario Sánchez, en ese tipo de actividades religiosas se debe advertir que cuentan con líderes evangélicos que tienen un perfil bajo, sin peso político y tampoco un liderazgo fuerte.
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El orteguismo se ha aferrado a las iglesias evangélicas, después que acusara de “golpistas” a los jerarcas de la Iglesia católica, y que permitiera que sus mismos fanáticos los agredieran en Diriamba, en julio de 2018.
A los barrios, estaciones de policías y medios de comunicación afines al régimen han llegado las oraciones de pastores que aseguran pedir por la paz en Nicaragua, pese a que se mantienen las capturas ilegales contra las voces críticas al régimen de Daniel Ortega.
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“Y este es un acto profético porque estamos con el aceite, aquí estamos con las escrituras, aquí estamos un grupo de pastores, por ahí hay más pastores del Distrito I, para ungir este lugar y declarar que este año, este es el año favorable, este es el año que termina en numero nueve y el número nueve significa fertilidad y declaramos que este año, el favor de Dios está con nuestro Gobierno, está con nuestro país, está con cada familia nicaragüense (…)”, dijo uno de los pastores en un acto de bendición el pasado fin de semana, según reportó el medio oficialista.
Ese discurso también es el que maneja Murillo y que ha sostenido durante meses en sus comunicaciones, donde la palabra Dios es de sus favoritas.
Sánchez explica que este gobierno no eleva el perfil de sus aliados, en alusión al grupo de iglesias evangélicas que apoyan al régimen. Incluso, en las marchas pacíficas había muchas personas que aseguraban que profesaban el cristianismo evangélico y apoyaban la labor de la Iglesia católica, señaló el investigador. La Iglesia siempre ha insistido en el diálogo, fue mediadora y ha pedido justicia y democracia.
Reconciliación no es por ley
El pasado 24 de enero, la Asamblea Nacional, dominada por el orteguismo, aprobó la “Ley de Reconciliación Nacional”, esto en medio de un contexto de represión contra la población que se arriesga a levantar su voz contra la dictadura Ortega-Murillo.
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Para el investigador Mario Sánchez, “la reconciliación no se va a dar ni por decreto, ni por política, ni porque haya un líder religioso que falsamente este promoviendo una política (en referencia a las actividades religiosas de iglesias
evangélicas)”, afirmó.