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Rosario Murillo, codictadora de Nicaragua. LA PRENSA/ Tomada de El 19

Rosario Murillo, codictadora de Nicaragua. LA PRENSA/ Tomada de El 19

El objetivo tras los discursos de odio de Rosario Murillo y el glosario de la gesta

Los sociólogos explican que el fenómeno de resignificar el concepto de las palabras, es parte de la negación del régimen de Daniel Ortega y un intento más por tratar de imponer una falsa realidad

Desde el 18 de abril pasado que inició la represión policial y paramilitar contra las protestas civiles, comenzaron a popularizarse conceptos, palabras y descalificaciones que adquirieron otro significado que tal vez solo los nicaragüenses pueden entender en este contexto de crisis.

Lea también: Sapos, zequedistas, firulais, héroes del amor: las palabras que se crearon o cambiaron de significado a partir de la crisis en Nicaragua

Muchas de las descalificaciones fueron de la inventiva de la primera dama y cogobernante, Rosario Murillo, quien llamó de numerosas maneras a las personas que se le oponen al régimen de su esposo, Daniel Ortega: minúsculos, puchitos, vampiros chupasangre, vandálicos, lenguas afiladas, golpistas, terroristas, tóxicos, entre otros; todo esto expresado entre versículos de la Biblia y adoración a Dios.

Sin embargo, los ciudadanos opuestos al orteguismo adoptaron las descalificaciones en su vocabulario con un sentido muy diferente al literal, más bien como sarcasmo.

En una de las protestas contra el régimen de Daniel Ortega, los manifestantes escribieron en el asfalto: "por aquí pasaron los puchitos". LA PRENSA/ Cortesía
En una de las protestas contra el régimen de Daniel Ortega, los manifestantes escribieron en el asfalto: “por aquí pasaron los puchitos”. LA PRENSA/ Cortesía

Los sociólogos explican que el fenómeno de resignificar el concepto de las palabras, en un contexto de crisis y agresión como el que vive Nicaragua, es parte de la negación y un intento más del régimen de Daniel Ortega por tratar de imponer una falsa realidad.

Josefina Vijil, docente e investigadora del Centro de Investigación y Acción Educativa Social (Ciases), manifestó que las ofensas de Rosario Murillo y Ortega contra quienes se le oponen, han perdido totalmente su significado cuando son aplicados a una realidad que no corresponde a ese concepto y, según ella, es por eso que la sociedad receptora le atribuye otro sentido en forma de sarcasmo o burla.

Vijil considera que el régimen orteguista “vive una realidad alterna que trata de venderle a la gente”, pero parte de la rebeldía de la gente ha sido usar las palabras con un sentido contrario, porque están claros que no son lo que dicen.

“Dentro del contexto que estamos viviendo todos los días, se han resignificado esos conceptos. Es decir, cuando decís: ‘soy una mamá vandálica’ o cuando decís: ‘somos vandálicos’, estás resignificando un concepto que originalmente fue usado para agredir, para que significara algo negativo, y le estás dando un sentido de identidad positivo”, explicó. Vijil agregó que parte de la rebelión en Nicaragua ha sido la rebelión de las palabras y, en ese sentido, cree que “el régimen ha perdido la batalla del lenguaje”.

“Héroes del amor”

En contraste, Rosario Murillo llama con términos gloriosos, casi santificados, a quienes están de su parte y matan a sus adversarios. Ese es el caso de los “héroes del amor”, como le llama a los policías orteguistas que defienden al régimen de su esposo, aunque la actuación de estos dista mucho de lo que significa un héroe y del concepto de amor.

La represión y detenciones ilegales de la Policía en Nicaragua se recrudecieron. LA PRENSA/ ÓSCAR NAVARRETE
La represión y detenciones ilegales de la Policía en Nicaragua se recrudecieron. LA PRENSA/ ÓSCAR NAVARRETE

Los miembros de la Policía en Nicaragua se han declarado públicamente defensores del régimen de Daniel Ortega, convirtiendo a esa institución en una Policía Orteguista (PO), representada por la bandera partidaria del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), lo que viola su principio apolítico y apartidario.

Desde que comenzó la crisis, la PO es vista en coordinación con grupos paramilitares, que no dudan en matar, detener y reprimir a los opositores al régimen orteguista.

La represión policial y paramilitar ha cobrado entre 325 y 535 muertos, según diferentes reportes de organismos de derechos humanos. También hay más de 760 personas presas por participar en las protestas que demandan la salida de Daniel Ortega y Rosario Murillo del poder.

Sociedad polarizada

La socióloga y política opositora Violeta Granera explicó que en las sociedades polarizadas o divididas las palabras del adversario siempre adquieren otro significado, para desconocer lo que dice el otro. Granera por eso destacó la importancia de contar con gobiernos democráticos, “que faciliten conciliar los intereses diversos y legítimos de una sociedad en el marco del respeto a la Constitución y la igualdad de todos ante la ley”. “Cuando eso se rompe, como es el caso de la dictadura en Nicaragua, la sociedad se polariza y los pueblos se rebelan”, dijo Granera.

“Sapos” y “Pico rojo”

Los opositores también usan descalificaciones contra los seguidores del orteguismo, que ya forman parte de la vida cotidiana en la nueva realidad del país desde el 18 de abril.

Entre los más populares están: sapos, que alude a los simpatizantes del dictador Daniel Ortega; los rotonderos, las personas que tienen que pasar largas horas en las rotondas, agitando la bandera rojinegra del partido gobernante.

En medio de la crisis también surgieron fenómenos como el “pico rojo”, un término que utilizó la socióloga Marlen Auxiliadora Chow Cruz el 14 de octubre de 2018, cuando fue detenida por la Policía Orteguista por intentar manifestarse.

Política Crisis en Nicaragua Nicaragua Rosario Murillo archivo

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