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Setsuko Klossowska de Rola, viuda de Balthus, asiste a la presentación de la exposición que el Museo Thyssen dedica al pintor francés Klossowski de Rola. LAPRENSA/EFE/Zipi

Balthus, uno de los grandes pintores del siglo XX sigue creando polémicas

Hablar de censura a Balthus no es arte, es otra cosa y da pena, dice su viuda,Setsuko Klossowski de Rola

La condesa Setsuko Klossowski de Rola, viuda de Balthus, dice estar cansada de los que quieren censurar algún cuadro del pintor, como el de “Térse soñando”.

“Hay personas que no quieren ver el arte, pues bien, me da igual, pero da pena que se cree un problema con este tipo de observaciones”, subraya.

Así se expresó en la presentación del exposición que inauguró en el Museo Thyssen de Madrid sobre Balthasar Klossowski de Rola (París, 1908-Rossiniére, Suiza, 2001), uno de los grandes pintores del siglo XX y uno de los creadores más enigmáticos, místicos y solitarios.

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“El pintor de los gatos”, y amante del secreto, y al que oír decir que los cuadros de sus niñas proceden de una imaginación erótica le causaba “indignación”.

La muestra, que ha sido organizada conjuntamente con la Fondation Beyeler en Riehen/Basilea (Suiza), donde ha podido visitarse hasta el pasado enero, y que cuenta con el apoyo de la familia del pintor, es la primera que se hace en España desde que hace 23 años el Museo Reina Sofía le dedicara una monográfica.

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Y entre los 47 cuadros que reúne la muestra se encuentra el que causó polémica, Thérse soñando, de 1938, que llega desde el Metropolitan Museum de Nueva York, la pintura en la que una jovencita ensimismada deja ver sus bragas, con un gato a sus pies bebiendo leche, y que quisieron vetar más de 12.000 personas que firmaron un manifiesto para que se retirara, a lo que el museo se negó.

“Me preguntan mucha veces sobre esto -explica Setsuko- y yo contesto, vamos a ver: hablamos de arte o de otra cosa?, pues si hablamos de otra cosa, de acuerdo, cualquiera tiene derecho a expresar su opinión, pero si hablamos de arte es otro tema”.

“Es como con los niños -precisa la viuda del pintor-. Si a un niño no le gustan las espinacas, pues le damos otra cosa. Aquí es lo mismo, pero lo que siento muchísimo que en vez de hablar de arte estemos hablado de estas opiniones.

En la obra de Macbeth, al final se habla de una historia contada por un idiota, pues esto es igual”, recalcó la también pintora japonesa, vestida con un kimono tradicional.

Y en este mismo sentido, el comisario de la muestra en España, Juan Ángel López-Manzanares, fue muy claro.

“El museo ha adoptado estar abierto al debate pero quiere contextualizar la obra de Balthus para que se entienda lo más posible y la gente no le juzgue según los debates contemporáneos”.

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“Balthus comenzó a crear en el año 1933, cuando subieron los nazis, un periodo de ansiedad dentro de la cultura occidental -precisa el comisario- y, como pintor moderno, fue permeable al momento de la época con el tema de la sexualidad y ahí no solo está él, sino Picasso y otros muchos.

En Balthus el tema de la infancia tiene un sentido más transcendental e importante dentro de la línea de Rilke”, el poeta que fue pareja de su madre y mentor.

“Su interés por lo infantil, por la adolescencia está en relación a la búsqueda del secreto del mundo. Quiere descubrir lo mágico dentro de la vida moderna, en medio de las prisas y el progreso y, en ese sentido, cuando en los 30 hace una pintura que escandaliza quiere llamar la atención de una sociedad que está perdiendo sus valores”, sostiene.

Y más tarde en su chalé en Rossnirre -en la Suiza francesa y donde está el santuario del pintor, donde pasó sus últimos años y donde está su fundación-, hace una pintura con mayor claridad, cerca de la concepción que tenía Mozart, quedarse en lo erótico es quedarse en la anécdota más marginal”, apostilló el comisario.

La viuda del pintor explicó también que ver esta exposición en Madrid le ha recordado a la figura de Picasso, un pintor fundamental en la vida de Balthus y quien le compró el cuadro “Los hermanos Blanchard (1937), que también se puede ver en esta muestra.

“Eso le ayudó mucho a Balthus cuando era joven, y Picasso era ya muy conocido, Le dio mucho ánimo”, precisó la viuda, quien junto a la hija de ambos cuidan el legado del pintor.

Pero Setsuko se ha llevado otra sorpresa al ver en esta exposición un cuadro, “Estudio para la bañista”, que no había visto nunca.

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