Los estudiantes de la Universidad Centroamérica (UCA), en Managua, realizaron este miércoles otra protesta relámpago en este recinto universitario, pese al asedio que mantiene la Policía Orteguista en el exterior.
Los universitarios demandan la libertad de al menos 767 personas que fueron detenidas por la Policía y grupos paramilitares por participar en las protestas civiles contra el régimen de Daniel Ortega, desde el 18 de abril, según el reporte del Comité de Familiares Pro Liberación de Presos Políticas.
Ciento doce presos políticos fueron sacados de la cárcel el pasado 27 de febrero, en el contexto de la reapertura del Diálogo Nacional entre el Gobierno y la oposición, agrupada en la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia. Sin embargo, los reos siguen siendo asediados y perseguidos por la Policía en sus casas y no tienen claro su condición de libertad.
El régimen orteguista mantiene a las fuerzas policiales en las calles para evitar los levantamientos sociales. Pese a la muerte de cientos de estudiantes en el contexto de las protestas entre abril y junio, los universitarios se resisten a dejar de protestar. Las protestas se hacen de manera clandestina y ocultando la identidad. Esta es la tercera protesta que se realiza en el campus de la UCA.
Algunos estudiantes y familiares critican la iniciativa de protestar dentro del recinto, porque argumentan que se pone en riesgo la seguridad de todos, debido a que la Policía o los paramilitares pueden entrar y detenerlos, como ya lo han hecho en otras universidades. No obstante, los jóvenes reclaman su derecho constitucional a la protesta cívica.
Los estudiantes de la UCA fueron los que iniciaron las protestas contra el gobierno de Ortega el 18 de abril pasado, en oposición al primer intento de reformar el Seguro Social, pero luego se convirtió en una protesta nacional que demanda la salida del poder de Ortega y su esposa, Rosario Murillo, por las muertes que provocó represión del Estado.
Las protestas fueron aplastadas por la Policía y paramilitares usando armas de guerra contra civiles desarmados, lo que en tres meses de represión dejó más de 325 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y que fue catalogado como crímenes de lesa humanidad por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI).