“¿Quién los financia?”, “¿dónde se encuentran las armas?” y “¿dónde están las demás personas o líderes de la organización?”, son las tres preguntas esenciales que forman parte del interrogatorio que la Policía Orteguista (PO) realiza a los presos políticos.
Así lo deja ver el informe “Volviendo a ser humano”, que presentó el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca+, el cual refleja el “modus operandi” de la Policía Orteguista, en conjunto con grupos parapoliciales, en contra de nicaragüenses que se han opuesto a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
“Sin importar la falta de respuesta o la negativa de los presos y presas políticas en que nadie les financió, los oficiales policiales siempre insistieron en el tema y aducían que no era posible que nadie los financiara”, señala el informe.
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La investigación, basada en testimonios de víctimas directas, expone que durante los interrogatorios los presos políticos son obligados a permanecer desnudos o con poca ropa, esposados, hincados o de pie; antecedidos por golpes, privación del sueño, de alimentación y agua potable, y de aseo personal.
Los interrogatorios, por lo general, duran treinta minutos o en dependencia de la información que la PO quiere obtener.
“Las modalidades de los interrogatorios variaban en dependencia de la información requerida y la persona que estaban entrevistando”, refiere el informe.
Tortura psicológica
“Están en tu casa y me enseñaron una foto de mi esposa enchachada… voy a traer a tu mujer aquí y la voy a procesar con vos”, fue parte del testimonio de una de las víctimas.
Violación, treinta años de cárcel, privar la visita familiar, hacerle daño a los familiares o la misma persona (golpizas, ataques sexuales) y amenazas de muerte son los chantajes que utiliza la PO para amedrentar a las víctimas y hacer que “confiesen”.
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“El quebrantamiento del detenido era expresado en la frecuencia e intensidad de los interrogatorios, así como en la forma de estrés físico permanente en que los tenían”, indica el informe de 28 páginas.
Los golpes y las prácticas de torturas también están presentes en los interrogatorios.
Al respecto, Joel Hernández, relator para los derechos de personas privadas de libertad de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), dijo en una entrevista anterior que el tema de las torturas a los presos políticos “no se había visto en mucho tiempo en la región”.
Obligan a grabar video
La Policía Orteguista también utiliza la tortura psicológica para que los detenidos realicen confesiones, filmen videos o firmen documentos inculpando a los líderes de la lucha cívica, iniciada el 18 de abril de 2018.
Los oficiales, luego del interrogatorio, obligaban a los detenidos a filmar un video en el que inculparan a personas de ser las responsables de los tranques o cualquiera acción en contra del régimen orteguista, como fue el caso de la universitaria Valeska Alemán, de quien luego de estar en el Chipote, se publicó un video con su testimonio de lo que vivió en la UNAN-Managua, y el cual relacionaba a los jóvenes atrincherados en el recinto con el partido político MRS.
Celdas de torturas
El informe “Volviendo a ser humano”, del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca+, está basado en testimonios de 17 entrevistas con víctimas directas, el análisis de siete cartas de presos políticos, 15 entrevistas de excarcelados publicadas en diferentes medios de comunicación, 22 fotografías y 54 notas periodísticas.
Los testimonios exponen que para los interrogatorios se utilizan al menos tres salas diferentes, donde uno de ellas queda en el subterráneo. En esta celda, hay una silla dedicada para dar choques eléctricos.
“Era una celda sucia y oscura donde había cucarachas y otros insectos; esta era una celda de confinamiento, al cerrar la puerta y salir el oficial la llenaban de agua hasta las rodillas del detenido”, según describen dos personas entrevistadas por los miembros del Colectivo Nicaragua Nunca+.