Hasta antes de la crisis política, que fue desencadenada de una brutal represión estatal acompañada de persecución contra opositores al régimen de Daniel Ortega, los ingresos vinculados a la emisión de pasaportes ni siquiera figuraban en el Presupuesto General de la República, como aparecía, por ejemplo, lo que el Ejecutivo recaudaba por imposición de multas en distintos sectores, como el forestal, pesca o sanciones pecuniarias.
Sin embargo, la violencia desatada en abril del año pasado, que ocasionó que miles de nicaragüenses hicieran largas colas en las distintas delegaciones de Migración y Extranjería en Managua y en algunos departamentos para conseguir un pasaporte u otro documento legal migratorio para huir del país, se convirtió para el régimen en una creciente fuente de ingresos que comenzó a registrarse en un reglón por separado dentro del Presupuesto General de la República.
Son como mínimo 750 córdobas los que un nicaragüense requiere para adquirir o renovar un pasaporte, sin incluir que el costo se encarece si adicionalmente se paga por la agilización del documento, cuyo servicio cuesta entre 100 y 300 córdobas, según información al público de la Dirección General de Migración y Extranjería.
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Es precisamente por el pago por trámite de agilización del documento que el régimen espera un fuerte aumento en los ingresos este año. En el 2018, por ejemplo, Hacienda registró en ingresos 28.91 millones de córdobas, pero este año la meta es que el saldo se eleve a 62.32 millones de córdobas, lo que revela un incremento de 115 por ciento.
Entre enero y marzo de este año de la meta proyectada por este servicio migratorio, Hacienda ya había captado 5.40 millones de córdobas, una cifra similar a lo que obtuvo en igual periodo del año pasado, cuyo monto ascendió a 6.39 millones de córdobas.
Antes que comenzara la crisis política, en abril pasado, Hacienda había proyectado hasta marzo del año pasado por este servicio migratorio 14.69 millones de córdobas, pero al final de ese año se logró el doble de lo previsto.
La Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) en su reporte de coyuntura de mayo pasado, alertó que tras la primera oleada migratoria del año pasado, cuyo origen fue la represión estatal, este año se desatará otra salida masiva de nicaragüenses, pero esta vez será para huir del creciente desempleo que se avecina por la profundización de la recesión económica.
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El Fondo Monetario Internacional prevé que el Producto Interno Bruto de Nicaragua caerá este año cinco por ciento, tras desplomarse 3.8 por ciento el año pasado. Eso provocará un incremento en el desempleo.
“El año pasado (2018) migraban porque estaban en riesgo, este año (2019) van a migrar porque no van a encontrar trabajo, porque los efectos económicos van a ser tan graves que no van a encontrar oportunidades laborales y van a tomar la decisión de migrar”, indicó Funides en su reporte.
Según el informe de ejecución presupuestaria, hasta marzo del 2019 el Ejecutivo había registrado en ingresos por despacho migratorios, sin incluir la agilización de pasaportes, 20.46 millones de córdobas, el 49.7 por ciento de los 41.16 millones esperados.
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El año pasado, por despacho migratorio Hacienda obtuvo 39.28 millones de córdobas, superior a los 36.58 millones de córdobas presupuestados inicialmente.
La Dirección General de Migración y Extranjera admitió el año pasado que desde el estallido de la crisis política las solicitudes de pasaportes se habían duplicado por día, pues antes los pedidos eran de 500 diarios, pero en julio se había rebasado a más de mil documentos cada 24 horas.
Se desconoce cuál es la meta de entrega de pasaportes este año. El régimen, no obstante, en el Presupuesto General de la República 2019 señaló que requería fondos para adquirir 850 mil pasaportes para garantizar la demanda nacional de este documento.