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Gilda Bolt González no fue aceptada por Costa Rica como embajadora de Nicaragua. LA PRENSA/ ARCHIVO

Nicaragua sin embajadores en Costa Rica y El Salvador por tensa relación con el régimen orteguista

En el caso de Costa Rica, la Cancillería usó la estrategia del silencio para no otorgar el beneplácito a Gilda María Bolt González como embajadora del régimen orteguista

La relación diplomática entre el régimen de Daniel Ortega con los gobiernos de Costa Rica y El Salvador, cuyos presidentes son fuertes críticos de la represión que mantiene el orteguismo contra los nicaragüenses, se ha tornado tensa al punto que no tiene embajadores en esos dos países, confirmó LA PRENSA con fuentes diplomáticas.

En el caso de Costa Rica, la Cancillería usó la estrategia del silencio para no otorgar el beneplácito a Gilda María Bolt González como embajadora del régimen orteguista en esa nación. El canciller orteguista Denis Moncada Colindres propuso en abril pasado a Bolt como embajadora ante San José, pero la retiró el reciente 10 de junio después de dos meses de no recibir respuesta.

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La Presidencia de Costa Rica tampoco ha propuesto un embajador en Managua y desde hace un año solo mantiene a un encargado de negocios y a un cónsul general.

LA PRENSA conoció que el gobierno de Carlos Alvarado en un gesto de rechazo a la represión de Ortega no tiene previsto nombrar a un embajador en Nicaragua, “al menos no en los próximos meses”, dijo una fuente diplomática.

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LA PRENSA consultó al Ministerio de Relaciones Exteriores costarricense sobre la solicitud del régimen orteguista como embajadora de Gilda Bolt, pero se dijo que “por normas diplomáticas” no se refieren a las solicitudes de beneplácito de representantes hechas por los diferentes gobiernos.

Ortega la quitó de El Salvador

Bolt es una militante del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), tiene el cargo de vicecanciller y desde 2007 fue embajadora de Nicaragua en El Salvador.

Con la derrota del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) en El Salvador, el dictador Ortega perdió a uno de sus principales aliados en Centroamérica.

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El nuevo presidente salvadoreño, Nayib Bukele, se sumó a la mayoría de gobiernos de Latinoamérica para condenar la represión de la dictadura orteguista contra las manifestaciones ciudadanas y ha llegado a señalar que Ortega no tiene “legitimidad democrática”.

Bolt dejó de ser embajadora en mayo pasado, un mes antes de que Bukele asumiera la Presidencia salvadoreña.

LA PRENSA no ha obtenido una respuesta a la consulta hecha a la Cancillería de El Salvador sobre si Nicaragua ya propuso a un nuevo embajador.

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Ortega quiso mandar a Bolt a Costa Rica, pero al no conseguirlo mantiene en el cargo a Duilio Hernández Avilés.

El exembajador nicaragüense en San José, Mauricio Díaz, explicó que “en la práctica internacional cuando un gobierno no quiere otorgar el beneplácito al nombramiento de un embajador se recurre al silencio diplomático, lo que el gobierno que lo ha propuesto entiende que no se le acepta”.

Correspondería entonces que el régimen orteguista proponga a otra persona para representarlo en Costa Rica, y esperar que ese gobierno se lo acepte.

“Considero que es una manifestación probablemente de inconformidad, es señal de que no quiere tener relaciones con el Estado que solicita le acepten el nombramiento de la señora Bolt como embajadora”, refirió Díaz.

El gobierno de Alvarado es de los que lideran a nivel internacional, como en la Organización de Estados Americanos (OEA), para que se presione a Ortega aplicándole la Carta Democrática Interamericana con el fin de que cese la represión que desde abril del 2018, la cual deja más de trescientos muertos.

La denuncia que ha hecho Costa Rica de los abusos de los derechos humanos cometidos en Nicaragua ha causado fuertes enfrentamientos entre los gobiernos en varios foros, como la OEA y el Sistema de la Integración Centroamericana (Sica).

Organismos de derechos humanos calculan que entre cincuenta mil y ochenta mil personas huyeron de Nicaragua bajo amenazas, persecución y desempleo, en el contexto de las protestas antigubernamentales iniciadas el 18 de abril de 2018.

La Agencia para los Refugiados de Naciones Unidas (Acnur) ha estimado que más de 55,000 nicaragüenses ingresaron en Costa Rica el último año debido a la profunda crisis social, política y económica causada por los abusos a los derechos humanos de la dictadura orteguista.

El exembajador Díaz valoró que Ortega no tendría posibilidad de mejorar su posición en la región, donde más bien está perdiendo los pocos aliados que le quedaban.

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