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Lo que todos pedimos a gritos

Es lamentable la situación de nuestro país en todos los campos, en lo económico vamos de mal en peor, con la crisis afectando a los más pobres y con la miseria reapareciendo por todas partes, los jóvenes, desilusionados, aprovechan cualquier oportunidad para irse del país y los mayores vemos con tristeza como se repite un círculo de violencia que muchos creíamos ya superado.

Nicaragua no tiene exclusividad en problemas políticos y creo que podemos aprender de otros países con experiencias como las nuestras. Rumania nos puede servir de ejemplo, hace apenas unas semanas en un referendo histórico obligó al heredero del partido comunista, el Partido Social Demócrata-PSD, a convocar nuevas elecciones y a menos de 36 horas del referendo condenó al líder de ese partido, Liviu Dragnea, a 3 años de prisión por corrupción. “Ha ganado la Rumania democrática, en la que la justicia es independiente y donde los ladrones están en la cárcel y no al frente del Estado”, dijo Klaus Iohannis, presidente de Rumania, pero de un partido distinto al PSD.

En un sistema parlamentario, cuando el gobierno ha perdido la confianza de su pueblo se puede dar un voto de no confianza y se llama a nuevas elecciones. En un sistema presidencialista no tenemos tal cosa, pero ¿alguien duda que este gobierno ha perdido la confianza de la mayoría de nicaragüenses? ¿Alguien duda que la mayoría de nicaragüenses no quiere un cambio? Cuando un gobierno no funciona los pueblos lo cambian. ¿Para qué esperar una fecha determinada para salir de un gobierno que claramente la mayoría ya no quiere? ¿Por qué extender el martirio que claramente a nadie conviene, ni siquiera al mismo gobierno de turno?

Las excusas constitucionales y legalistas son solo eso, pues sabemos que “cuando hay voluntad se encuentra la forma”, de no ser así no se habría permitido la reelección y no estaríamos en este problema en primer lugar. Por tanto el punto más importante que debe estar en la palestra nacional y que todos los nicaragüenses debemos pedir a gritos; el punto que debe ser la única prioridad nacional; el punto en el que todos debemos estar de acuerdo, independiente de preferencias políticas; el punto que debe encabezar todas las listas de peticiones a las instituciones internacionales, a los gobiernos amigos, e incluso al gobierno actual, es que hayan elecciones adelantadas y libres con las reformas electorales que sean necesarias.

Ya habrá tiempo luego para decidir por partidos y candidatos. Les aseguro que sobrarán candidatos, en Nicaragua los candidatos a presidente salen a “peso la docena”. Todo el mundo quiere ser presidente, como si esa fuera la única forma de cambiar el país. El año pasado vimos como un puñado de jóvenes que nadie conocía sus nombres cambiaron Nicaragua desde abajo. Un país cambia por la voluntad de su gente, no por quien es su presidente.

Me impresionó como todos con los que hablé tenían interés de participar en política, pero me llamó más la atención que ninguno aspiraba a ser presidente. Todos querían servir, punto.

Cambiemos Nicaragua y enfoquemos en lo importante: adelantar las elecciones. Nos conviene a todos, incluso a los que aún no entienden que les conviene.

El autor es empresario, expresidente de Amcham.

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