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Carlos Mejía Godoy, cantautor nicaragüense. LAPRENSA/UMolina

Carlos Mejía Godoy: “No usen nuestras canciones para el crimen”

Por segunda ocasión en su vida, el cantautor nicaragüense Carlos Mejía Godoy, ha tenido que salir del país en el contexto de una dictadura. En esta entrevista cuenta su experiencia en el exilio

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En los primeros días de agosto del año pasado, Carlos Mejía Godoy, el famoso cantor de la revolución popular sandinista, se exilió en Costa Rica por amenazas en su contra después de acompañar con su música a las manifestaciones que pedían la renuncia del presidente Daniel Ortega.

Para Godoy fue la segunda ocasión que tuvo que abandonar el país por amenazas de este tipo. En los años setenta huyó de la dictadura somocista, también a Costa Rica y luego a España. Allá compuso el gran éxito musical Son tus perjúmenes mujer, pero regresó a Nicaragua tras el triunfo del Frente Sandinista en 1979 para convertirse en un referente popular.

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“No es fácil dejar la patria que amo tanto”, dice en esta entrevista vía telefónica Carlos Mejía Godoy, quien el pasado jueves 27 de junio cumplió 76 años de edad. Sigue escribiendo canciones, poemas o reflexiones de la realidad nacional, porque para él solo tiene sentido seguir siendo trovador para “acompañar a este pueblo en su camino a la libertad”.

Durante los meses más duros de la crisis política de Nicaragua, a Mejía Godoy se le vio encabezando las marchas de las Madres y de las Flores, ambas con saldos trágicos de personas asesinadas. Incluso, el músico llegó a las instalaciones del Chipote, el antiguo centro de detención, para preguntar por un familiar de un colega suyo que en ese momento se encontraba detenido.

“Con Somoza era una guerra, ahora es una masacre”, dijo en julio de 2018 en una entrevista para La Prensa, a tan solo un mes de salir del país. Ahora, después de casi un año de estar en el exilio, relata qué ha pasado con él y su familia en estos meses duros, pero también cuenta sobre las nuevas creaciones que viven floreciendo a cada momento.

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¿Qué ha pasado con usted desde que se fue al exilio?
Ha sido una de las experiencias más lacerantes de mi vida. No es fácil tener que dejar esta patria que amo tanto. Pero lo asumo con la mayor dignidad, compartiendo este dolor con miles de familias que sufren más que yo.

¿Qué ha sido lo más doloroso o alegre de esta experiencia?
Me llena de infinita satisfacción llegar a cualquier parte del mundo y recibir el amor de personas que jamás he visto y abrazarme con ellas como lo que son: una verdadera familia. Cantamos, lloramos y celebramos que estamos vivos para seguir ardientemente comprometidos en esta causa.

¿Ha aprendido algo de este nuevo exilio?
El exilio me ha enseñado a ser más sensible y, por lo tanto, más solidario. Y cada día estoy más convencido de que mi oficio de trovador no tendría sentido, si no me sintiera parte de este pueblo increíble que, pese a la inmensa cuota de sangre que ha tenido que pagar, sigue reclamando sin tregua el derecho de ser libre.

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¿Ahora mismo qué se encuentra haciendo?
Llevo una vida bastante frenética, de cara a mi actividad creativa. Los días que no tengo conciertos, realizo entrevistas, me reúno con nuestros colaboradores, planificamos actividades, todas vinculadas a movilizarnos constantemente, para que no se apague esta llama de la resistencia.

¿Hay algo nuevo?
Sí, estoy empeñado en publicar mi libro “Y el verbo se hizo canto”. Se trata de las historias que están detrás de cada canción. Mi sueño es presentarlo en nuestra Nicaragua libre. Si a corto plazo no es posible, lo presentaré en Costa Rica.

¿Tiene canciones nuevas?
Las canciones nuevas florecen a cada momento. Cada noticia que nos llega genera en nosotros la necesidad de expresarnos. A veces es una canción. O un poema. O, simplemente reflexiones que estoy reuniendo con el título Postales del exilio.

¿Tiene alguna canción favorita de este período de resistencia?
Mis canciones predilectas no tienen nada que ver con mi gusto personal. Son las que la gente pide en los conciertos y en los medios de comunicación. Muchos temas nuevos se van quedando inéditos, porque es preciso hacer costosas inversiones. Las que logramos grabar es gracias a los músicos nicaragüenses del exilio y algunos músicos de otros países.

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Desde el año pasado, tanto los opositores al gobierno como el Frente Sandinista están utilizando sus canciones para acompañar las movilizaciones o eventos políticos.
No ceso de reclamarle al gobierno que usen nuestras canciones como “banda sonora” del crimen, el terror y el genocidio. Pero ellos, en su arrogancia, creen, en el paroxismo de la mitomanía, que sus “vidas ejemplares” nos han inspirado nuestras trovas. Eso se llama cinismo ramplón y vergonzante. Que Dios me perdone si en algún instante de mi vida he escrito una tilde a favor alguno de esos personajes de la fauna política, que hoy se pasean campantes, como lo que son: señores de horca y cuchillo. Afortunadamente solo me dediqué a exaltar a quienes con su sangre rubricaron su trayectoria.

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Usted en alguna ocasión dijo que la pareja presidencial tenía un trato respetuoso con usted. ¿Eso cambió?
Todos los días, sin excepción, sueño en que Dios tiene bien registrada su agenda regresiva. Y no habrá fuerza, ni técnica humana capaz de detener la dinámica dialéctica de la historia. Y ellos, la pareja en el poder, lo saben. Deténganse un momento y vean sus rostros. Inútilmente lo disimulan: están aterrados. Y sus súbditos lo saben.

No ceso de reclamarle al gobierno que usen nuestras canciones como ‘banda sonora’ del crimen, el terror y el genocidio. Pero ellos, en su arrogancia, creen, en el paroxismo de la mitomanía, que sus ‘vidas ejemplares’ nos han inspirado nuestras trovas. Eso se llama cinismo ramplón y vergonzante”.

Carlos Mejía Godoy, cantautor nicaragüense

¿Cuáles serían sus condiciones para regresar a Nicaragua?
Yo no pondría ninguna condición para mi retorno. Mi vida vale nada comparada con esos millares de hermanos y hermanas que viven el exilio en condiciones terribles. Eso sí, prometo no regresar hasta que haya salido el último reo de las cárceles y hasta que la libertad de prensa y el resto de libertades públicas funcionen, a como lo expresa la Constitución de nuestro país.

Carlos Mejía Godoy, cantautor nicaragüense. LAPRENSA/UMolina

Durante esta crisis varias familias se han dividido. ¿Ha pasado lo mismo con los Mejía Godoy?
Yo también he vivido en carne propia la división de mi familia en este nuevo contexto. Sin embargo, tengo el inmenso orgullo de decirles que aunque estamos en posiciones diferentes, nos amamos y nos respetamos. Y confieso, con honda satisfacción, que en su desarrollo religioso, político, cultural y social, mis hijos jamás tuvieron camisas de fuerza que los obligaran a asumir dogmas de ninguna especie. Todos cumplen el rol, que de acuerdo a sus criterios asumen de acuerdo a sus conciencias. ¡Estamos en paz!

¿Cree que estamos cerca de la “Nicaragua libre”?
La Nicaragua libre no está a la vuelta de la esquina; pero la esperanza en lo que inexorablemente viene se anida en los corazones. Y esa esperanza, siempre lo repito, es como el vuelo de la quiebraplata (luciérnaga). Parece desaparecer y segundos después retorna con esa chispita intermitente, que es la neurona de nuestro amanecer definitivo.

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¿Cuál es su deseo para Nicaragua?
Una profunda y entrañable solidaridad para los que sufren el exilio fuera de Nicaragua, como para aquellos que de manera terca y sostenida siguen luchando por nuestra dignidad dentro del país. Y hay que saber y tener claro que este humilde cantor, que nació de la placenta de mi patria, nunca jamás los va a defraudar. Ahora mismo estamos celebrando, junto a mi hermano Luis Enrique, medio siglo de estar en el canto y la lucha. Y por eso doy gracias por los mensajes de ánimo, pero sobre todo al pueblo, como dice la canción, por “esa fe de montaña, más heroica y bravía, que todos los gólgotas unidos de la tierra…”


Plano personal

Carlos Arturo Mejía Godoy nació en Somoto, Madriz, el 27 de junio de 1943.

De niño vendió chicles y lustró zapatos para ayudar a su familia.

Ha tenido unos diez acordeones durante toda su vida. Algunos los ha donado a museos y otros los ha regalado a gente en la montaña y los pueblos.

Sus momentos más difíciles han sido la muerte de su esposa Eveling Lang y la muerte de su hija Carmen María cuando tenía menos de 20 años de edad.

Está casado con Xochitl Acatl Jiménez Guevara.

Ha estado casado tres veces y tiene ocho hijos.

Fue candidato a la Vicepresidencia por el Movimiento Renovador Sandinista.

Estudió en la Escuela de Periodismo, donde fue compañero de clases de Bayardo Arce y también estudió Derecho y coincidió en clases con el expresidente Arnoldo Alemán.

Le teme a los aviones. La primera vez que se montó en uno fue en un viaje a Guatemala y no le gusta viajar en avioneta a la Costa Caribe.

Le encanta leer y descifrar crucigramas.

Es boerista y miembro de honor de los Locos del Tambor, grupo de fanáticos de ese equipo de beisbol.

Come de todo, especialmente gallopinto, queso frito, crema y los domingos no se pierde su nacatamal.

Es adicto a las gaseosas. No sabe cocinar absolutamente nada. Según él, “se le quema el agua”.

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