Con presentaciones de libros, conversatorios sobre su vida y valiosa obra, lecturas de sus textos y puesta en escena de uno de sus cuentos, la Universidad Centroamérica rendirá un homenaje cultural y literario al escritor nicaragüense Lizandro Chávez Alfaro , en la semana del 21 al 25 de octubre del 2019, anunció Rodrigo González, coordinador de Cultura de la UCA.
El autor de “Los monos de San Telmo”, libro de cuentos Premio Casa de las Américas (1963), nació en Bluefields, un 25 de octubre de 1929, y falleció en su residencia en Managua a causa de un cáncer, un 9 de abril del 2006.
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Desde muy joven incursionó la pintura, pero fue atrapado por la poesía, la narrativa y el ensayo. Sus temas se enfocaron con una pasión sobre el Caribe nicaragüense, hasta el último año de su vida.
Para este noventa aniversario de su nacimiento, la dirección de Cultura de la Universidad Centroamérica concentrará sus energías en la realización de un programa cultural que visibilice el magnífico legado literario de Chávez Alfaro, una de las personalidades cumbres de la novela moderna de Nicaragua.
Este homenaje será siempre a lo interno de la universidad, en la que serán invitados estudiantes, profesores y trabajadores que tengan interés en asistir, observó González, dado la crisis del país y el asedio policial a esta Alma Mater.
“Vamos a sacar un compendio con diferentes textos que saldrán del taller de literatura que imparte María Antonia Bermúdez”, comentó González.
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Asimismo serán parte del programa en honor a Chávez Alfaro, la presentación de libros, la realización de conversatorios, lecturas y puestas en escena de teatro, agregó.
Por su lado Alicia Pilarte, directora del grupo de teatro TEUCA, anunció que ellos llevarán a escena el cuento “El Zoológico de papá” de Chávez Alfaro.
Esta narración es una parodia al sistema político y sus formas de gobernar de los dictadores. Fue escrito en alusión a la dictadura somocista.
“También vamos a tener canciones inspiradas en poemas, realizadas desde el taller de literatura”, resaltó el promotor cultural.
Para esta semana literaria y cultural, González, dice que espera contar con invitados, entre ellos, escritores y artistas que vendrán enriquecer el programa.
“La obra de Lizandro no es muy estudiada y por eso queremos ponerlo sobre la mesa. Él también fue pintor”, recordó González.
En los círculos literarios nicaragüenses llegó a ser considerado como “el padre de la novela moderna”, poeta, narrador, ensayista y pintor en su temprana edad. Su obra literaria coinciden muchos escritores trata los temas de Bluefields.
Publicó, además de Los Monos de San Telmo (1963), los libros: “Hay una Selva en mi Voz” (1950), “Trágame Tierra” (1966) finalista del Premio Seix Barral; “Balsa de Serpientes” (1976), “Columpio al Aire” (1999).
Al morir en abril del 2006 trabajaba una novela sobre Greytown (región de la Costa Caribe) y reveló a LA PRENSA que pensaba titularla “Balcón Marino”.
Por su lado el poeta Julio Valle Castillo dio a conocer otros títulos como “Charco Muerto o Estampas de una Revolución Pervertida”, que Lizandro escribiría desde su visión de tragedia social.
En 2005 la Academia Nicaragüense de la Lengua distinguió a Chávez Alfaro como Miembro Honorario, y el 28 de enero del 2006 en su lecho de enfermo, recibió la Orden Carlos Garzón.
Al morir Chávez Alfaro, sus escritos inéditos, como la autoría de los libros fueron heredados por Adolfo Chávez, su hijo.
Su paso por México
En sus años de juventud se apasionó por la pintura. Santos Cermeño fue uno de sus primeros mentores. Así realizó su primera y única exposición de pintura en la Casa-Museo de Lolita Soriano, quien fue en cierta forma su promotora y benefactora.
Animado por Soriano partió a México a estudiar pintura en la Academia de San Carlos de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Pero tiempo después abandona las artes e incursiona en la poesía. Trabajó en varias editoriales, como corrector de estilo, traducción y en agencias de publicidad.
Entabló amistad con escritores de la talla de Juan Rulfo, Carlos Fuentes, entre otros. En 1969 se casó con la artista mexicana Evangelina Villalón.
En San José Costa Rica, en 1976 asumió la dirección de la Editorial Universitaria Centroamericana (EDUCA). Tres años después regresa a Managua y es nombrado director de la “Biblioteca Nacional Rubén Darío”.
Y se relacionó con escritores de la talla del colombiano Gabriel García Marqués, el argentino Julio Cortázar y el panameño Rogelio Sinán; así con los nicaragüenses, Pablo Antonio Cuadra y José Coronel Urtecho, entre otros.