A base de bateo potente, que ha sido su gran soporte a través de su historia revestida de éxitos, los Yanquis se han sostenido en la cima, incluso en una temporada como esta, en la que 24 de sus peloteros han ido a la lista de lesionados.
Y quizá lo más curioso es que no se reforzaron durante la etapa de cambios que cerró el 31 de julio, pero a cada dificultad, le han encontrado una respuesta a lo interno, de tal modo que no se han resentido ni la estructura del equipo y tampoco su ritmo ganador.
Ahora mismo tienen a 16 jugadores lesionados, pero la mismo cantidad llegada desde el Scranton (AAA) ha hecho bien el trabajo, tanto que antes del partido de anoche le sacaban 10 juegos de ventaja a Tampa y 16 a Boston en el sector Este de la Liga Americana.
“Ha sido un año loco por la cantidad de cosas que físicamente le han sucedido a los muchachos, pero también es un grito de guerra que no solo trae un nivel de resistencia al clubhouse, sino que obliga a los muchachos a ser mentalmente fuertes”, dice el mánager Aaron Boone.
Sin embargo será hasta en octubre cuando en realidad vamos a saber si los Yanquis también tendrán respuestas para regresar a la gloria que no viven desde el 2009, más en una campaña en la que Astros y Dodgers lucen fieros. Hasta ahora han sobrevivido al dolor. Veremos si lo hacen a esos rivales.
La alineación se ha desmoronado, los relevistas están cansados y la rotación es bastante incierta, pero hasta antes del desafío de anoche tenían el mejor balance en toda su liga (75-39) y un empate con los Dodgers (77-40) en porcentaje de ganados y perdidos con .658.
Un año después de ser considerados un equipo de 100 victorias pero sin fuego por dentro, los Yanquis han demostrado un nivel de resistencia que no pasa inadvertido y que podría enviarlos largo en octubre, que es en realidad cuando importa.
Aún falta un buen trayecto y lo más exigente vendrá en la postemporada, sin embargo, a pesar de tanto lesionado, los Yanquis parecen en mejor posición de ir a pelear con los Astros, un equipo de enorme calidad que además se ha reforzado y que podría constituir el primer gran obstáculo en octubre.
Este año, además de bateo de poder y fuego por dentro, los Yanquis han sido resilientes y parecen hambrientos. Ya vamos a ver si eso es suficiente para regresar a la cima.
Edgard Rodríguez en Twitter: @EdgardR