El comportamiento de la lluvia sigue siendo irregular. Así quedó demostrado en la primera parte de esta temporada, en la que hubo meses en los que los acumulados de agua superaron la norma histórica, pero otros en los que las precipitaciones no se asomaron.
Abdel García, especialista en cambio climático del Centro Humboldt, explicó que estudiar la lluvia por los acumulados totales de los meses y compararlos con las normas históricas no es suficiente, ya que ahora se debe tomar en consideración la frecuencia de lluvia por día; esto les ha permitido determinar que pareciera que hay menos días con lluvias.
Asimismo, García explica que los históricos sobre las precipitaciones señalan que los últimos tres meses de la temporada lluviosa es cuando más se reportan precipitaciones, casi el sesenta por ciento de los acumulados; sin embargo, en el 2018, los meses más lluviosos fueron mayo y octubre.
Otro elemento que ha identificado es que la lluvia se está comportando más intensa a la entrada y salida de la temporada, mientras que en medio no tiene la misma fuerza ni frecuencia que se requiere, en especial, para el proceso productivo.
De acuerdo con el monitoreo del Centro Humboldt, en este primer subperiodo lluvioso, los departamentos donde se reportó más lluvia fueron Carazo, Rivas y Granada.
En Rivas la norma histórica de mayo, junio y julio se aproxima a 561.60 milímetros, pero llovió hasta 726.16 milímetros de agua. Igual comportamiento se identificó en Granada, donde la norma histórica era de 539.2 milímetros de lluvia, pero se superó la cifra con 758.4 milímetros de agua.
Por otro lado, hubo departamentos que padecieron, como Nueva Segovia, donde durante mayo en promedio llovió siete días, acumulando 138 milímetros de agua.
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Según García, en un mes debería llover de diez a veinte días, con acumulados por día de 30 milímetros de agua.
Es por eso, que en varias de estas comunidades los productores han reportado pérdidas en sus cosechas de maíz y frijol, puesto que no hubo suficientes precipitaciones.
A nivel nacional, de acuerdo con Mario Montoya, del área de cambio climático del Centro Humboldt, mayo fue un mes bueno en cuanto a precipitaciones, junio regular y julio deficiente.
En el caso de julio este es afectado por el período canicular, que en algunas zonas se extendió, como en el Corredor Seco. García insiste en que la lluvia es más intensa en algunos días, lo que permite que en 24 horas se pueda completar el acumulado para un determinado territorio, por eso es necesario conocer la frecuencia en la que está lloviendo. Esta incertidumbre también afecta la planificación del ciclo productivo.
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Atentos ante fenómenos
El país entra a la que se considera la temporada más lluviosa, que ha provocado que se decreten alertas amarillas y rojas para algunas zonas en riesgo. Según los meteorólogos, debido a la presencia de algunos fenómenos —como tormentas tropicales u ondas tropicales— el territorio pueda beneficiarse con algunas precipitaciones, que se espera no sean de gran intensidad y no causen afectaciones.