La política ganadera extensiva, la falta de saneamiento de los territorios indígenas y la ausencia de justicia contra los violadores de delitos ambientales, son algunas de las razones que acelera la deforestación de áreas protegidas en Nicaragua, alertaron ayer representantes de la sociedad civil por lo impulsarán políticas para apostar por una ganadería con cero deforestación.
El esfuerzo es encabezado por la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) en alianza con diez organizaciones privadas, que apostarán por la creación de sistemas silvopastoriles y detener la invasión de los ganaderos en zonas boscosas o protegidas.
“El año pasado comenzamos con esta iniciativa de crecimiento ganadero con cero deforestación, que tiene dos grandes componentes: uno está enfocado en diversificar las fincas, crear sistemas silvopastoriles con árboles en los potreros y el otro componente está enfocado más en la parte de no invadir el bosque y detener también desde los gremios ganaderos esa invasión y apoyar a los indígenas, en la gestión que están haciendo de conservación del bosque”, dijo Román Leupolz Rist, coordinador del área de economía ambiental de Funides durante el encuentro denominado “Crecimiento Ganadero con Cero Deforestación”
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Las organizaciones que se han aliado se han fijado como objetivo trabajar con varios actores para frenar el despale provocado por la actividad pecuaria y promover entre los ganaderos la reforestación de las áreas dedicadas a pastizales.
“Por primera vez en la historia de Nicaragua logramos que estos grupos, tanto indígenas como conservacionistas, con los ganaderos se encontraran y formularán una postura en común, que es detener la deforestación”, dijo.
Ganaderos han tomado conciencia
Álvaro Vargas, presidente de la Federación de Asociaciones Ganaderas de Nicaragua (Faganic) señaló que lo más importante ahora es que la mayoría de los ganaderos han tomado conciencia y ahora se trabaja de forma más amigable con el medioambiente, dejando a un lado las malas prácticas.
“Nosotros queremos hacer un cambio, queremos trabajar en que nuestra ganadería, que nuestro sector agropecuario sea más amigables con el medioambiente (…)”, dijo Vargas.
En Nicaragua, según Vargas, hay 138 mil fincas ganaderas y un 71 por ciento están radicadas principalmente en el centro del país y en la Costa Caribe, donde están las zonas boscosas y protegidas del país.
Según el líder gremial la ganadería ha tenido que emigrar hacia zonas húmedas para hacer frente al impacto del cambio climático, en sus zonas originales de asentamientos, donde las lluvias han disminuido drásticamente y hay ineficiencia de agua.
No cuesta nada reforestar
Carlos Guerrero, coordinador técnico de Nitlapan, el instituto de investigación de la UCA, señala que la reforestación no resulta un costo adicional para los ganaderos, ya que se puede dejar regenerar el bosque de manera natural y solo cortar la maleza.
“La regeneración natural para el productor no tiene mucho costo, porque cuando roza, se hace un corte selectivo, entonces va dejando una especia arbórea en crecimiento y de esa forma las fincas despaladas pueden ser reforestadas”, dijo Guerrero.
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Por su parte Odel Gutierrez, miembro de Expica, explica que ahora los ganaderos están comenzado adoptar prácticas más conservacionistas.
“Los ganaderos hace años tomamos conciencia, por ejemplo la quemas en los potreros que se hacían antes en un 95 por ciento ya no lo hacen, y lo otro es que cuando hay mucha necesidad de hacer quemas, se hace quema controlada, ya hay una conciencia; en el Occidente la finca son reforestadas, porque cuando pasamos limpiando nuestros potreros ordenamos a los trabajadores que dejen los arbolitos que sirven para el ganado”, sostuvo Gutiérrez.
Iniciativa buscan frenar la invasión de territorios indígenas
Asimismo esta iniciativa de crecimiento ganadero con cero deforestación, buscar apoyar a los territorios indígenas, que en los últimos años han sido afectados por la invasión de colonos, que han despalado para establecer fincas ganaderas.
“Realmente la situación es preocupante porque la comunidades resienten el avance de la actividad ganadera, que se está dando de manera clandestina, las comunidades se sienten amenazadas porque los bosques donde se está desarrollando no consultan previamente a las comunidades, nosotros hemos hecho hincapié sobre el ordenamiento del territorio, las alcaldías están trabajando con algunas iniciativas que todavía no son efectiva para las comunidades, hace falta mucho trabajo pero no solo le corresponde al gobierno sino también a los empresarios”, dijo Storbey Simon, responsable de planificación territorial del municipio de la Desembocadura del Río Grande, de la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur.
“Nosotros mantuvimos una reunión con grupos indígenas de Indio Maíz y Bosawas, para justo identificar ese tipo de problemática y realmente sigue avanzando la frontera agrícola, son invasiones puntuales pero que juntas suman un gran problema, primero es una invasión parcial, luego se elimina el bosque y se establece pastura, hay alquiler de tierras y los gremios ganaderos han manifestado que ellos no quieren apoyar ese tipo de prácticas, más bien con esta iniciativa quieren promover que la ganadería no sea más un problema”, agregó Leupolz.