14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Procesión de San Jerónimo en Masaya. LA PRENSA/Archivo

Tata Chombo, las fiestas más largas de San Jerónimo que no vuelven a la normalidad

Las fiestas religiosas más largas de Nicaragua son dedicadas a San Jerónimo, un santo que fue ordenado sacerdote hasta los 40 años y era admirador de las bailarinas romanas.

Contenido Exclusivo CONTENIDO EXCLUSIVO.

Hace dos años, en septiembre, era común escuchar los tambores afuera de la iglesia de San Jerónimo, en Masaya. El estruendo de los cohetes y ver cómo estallan en el cielo. La imagen del santo encima de una montaña de flores de casi 300 libras de peso, zangoloteada de un lado a otro.

“Viva el santo que cura sin medicina”, era común escuchar, mientras los promesantes iban rezando padrenuestros y se fundían en una masa de gente en medio de un jolgorio de licor carnavalesco: travestis con trajes brillantes, excéntricos, y personas buscando pareja en medio de la bullaranga.

Lea también: El dolor que carga monseñor Abelardo Mata desde niño

Así era la fiesta hace dos años, antes de que estallara la rebelión de abril de 2018 que sigue cambiando diferentes aspectos de la sociedad, entre ellos el religioso, en el que se han modificado incluso las fiestas populares y religiosas. El año pasado, la Iglesia católica decidió no realizar esta festividad, que este año iniciará el 20 de septiembre y terminará a inicios de diciembre, por lo cual se considera la fiesta patronal más larga de todo el país y, algunos dicen, del mundo.

Para este año, sin embargo, se anunció que la fiesta se realizará con algunos cambios: la procesión será más corta, habrá poca música de conjunto porque no hay mucho dinero y no habrá pólvora. “Tenemos que ser solidarios con el que sufre, con el pobre, con el necesitado, con el exiliado, con el encarcelado, con la familia de los fallecidos”, dice el párroco José Antonio Espinoza, de la iglesia San Jerónimo, encargado de la actividad.

La venerada imagen de San Jerónimo. LAPRENSA/N.Gallegos

Los cambios anunciados por Espinoza desde hace más de un mes le han acarreado que sea objeto de asedio por personeros del Frente Sandinista. “Tengo miedo, soy un ser humano”, dice Espinoza, al explicar cómo desde hace más de 15 días recibe amenazas por Facebook y durante una de sus misas, un grupo de filarmónicos llegaron a tocar afuera de la iglesia “con el ánimo de provocar”.

En estos días, al final de una reunión que el padre tenía con la cofradía encargada de resguardar al santo, uno de los hombres que acompañaban al grupo de chicheros gritó: “Viva Daniel (Ortega)”.

¿Quién era San Jerónimo?

Jerónimo de Estridón nació en Dalmacia, Yugoslavia, en el año 342 y murió el 30 de septiembre del año 420, por esa razón en Masaya ese día se realiza la fiesta principal de este santo. Los padres de Jerónimo eran adinerados y por ello pudieron enviarlo a estudiar Latín a Roma, según un texto de Eternal Word Television Network (EWTN).

Su profesor fue Donato, un pagano que lo introdujo a las lecturas de Cicerón, Virgilio, Horacio y Tácito, y de otros autores griegos como Homero y Platón. De modo que San Jerónimo casi no dedicaba tiempo para leer libros religiosos.

Parte del colorido en las fiestas San Jerónimo. LAPRENSA/J.Flores

Por tener dominio de los idiomas clásicos, hebreo, griego, latín y otros, el papa de la época, San Dámaso I (España) (366-384), lo nombró su secretario para que redactara sus cartas. Sin embargo, un poco más tarde, le encomendó la gigantesca tarea de traducir la Santa Biblia del idioma hebreo al latín, versión que se conoce como la Vulgata Latina, con el fin de que el pueblo la entendiera. Además, “las traducciones de la Biblia que existían en ese tiempo tenían muchas imperfecciones de lenguaje y varias imprecisiones o traducciones no muy exactas”, refiere EWTN.

Lea también: Estos son los traumas mentales que ha provocado la crisis en Nicaragua

En una carta que él mismo escribió en su tiempo, recordando su experiencia en el desierto al que se fue para pagar un poco por sus pecados de la carne, dice Jerónimo que era amante de “las fiestas mundanas de Roma… contemplando a las bailarinas”, según la Agencia Católica de Informaciones (Aciprensa). “Las tentaciones de la carne me seguían atormentando”, escribió.

San Jerónimo, sin embargo, no fue el traductor de la Biblia al español. Fue ordenado sacerdote a los 40 años de edad, y era conocido por “su dureza al momento de corregir” a sus fieles. “La Santa Iglesia católica ha reconocido siempre a San Jerónimo como un hombre elegido por Dios para explicar y hacer entender mejor la Biblia. Por eso ha sido nombrado Patrono de todos los que en el mundo se dedican a hacer entender y amar más las Sagradas Escrituras”, cita Aciprensa.

Murió a los 78 años de edad, en Belén, donde construyó un convento para hombres y tres para mujeres, y una casa para atender a los peregrinos que llegaban de todas partes del mundo a visitar el sitio donde nació Jesús.

Los cargadores de santo patrono popular de Managua. LAPRENSA/J.Flores

¿Por qué se celebra en Nicaragua?

El santo patrono de Masaya es San Fernando, y es por esa razón que el equipo de beisbol de esa ciudad lleva ese nombre. Sin embargo, el patrón popular es, sin duda, San Jerónimo, mejor conocido en aquel lugar como Tata Chombo, al que los jugadores y directivos del equipo de pelota le llegan a pedir para ganar los partidos.

Lea también: La historia de Diana Raquel, la niña asesinada y desaparecida durante un año

David Canda, historiador que vive en Monimbó, dice que con la conquista española declararon patrono de la ciudad a San Fernando y la Virgen de la Asunción como matrona titular. Debido a las diferentes disputas entre los indígenas y los mulatos de la ciudad, decidieron celebrar a San Jerónimo a partir de 1839, según el historiador.

Al inicio era una celebración de hacendados ubicados entre el aserrío del oeste de la ciudad. “Todos se pusieron de acuerdo para poner a San Jerónimo como el santo patrono del pueblo”, dice Canda. “Los cambios se dieron por los conflictos de siempre: divisiones y situaciones adversas”, agrega.

La fiesta de San Jerónimo generalmente se celebran entre septiembre y noviembre. En ella se vive todo el folclor nicaragüense: marimbas, bailes, flores, palo lucio, candela de sebo, chicha, rosquillas, nacatamales, procesiones y misa. La imagen es bajada el 20 de septiembre y queda expuesta para la veneración los demás domingos de los tres meses.
San Jerónimo quizás ha logrado una empatía con el pueblo de Masaya por su propia imagen: un santo vestido con un taparrabo, sin camisa, barbudo, pelo largo, como un viejo rural. “Esto tiene que ver con las transformaciones que sufrieron los españoles que los hacían tener similitudes con los indígenas”, considera Canda.

Los promesantes de San Jerónimo. LAPRENSA/U.Molina

Durante las fiestas las personas bailan, piden milagros, agradecen favores. El día principal es el 30 de septiembre, luego de la misa solemne. La imagen se enrumba hacia la Basílica menor de la Asunción y es acompañada por un mar de gente: es cuando los visitantes de otros departamentos y del extranjero llegan a pagar sus promesas.

Otra de las fiestas importantes es el 7 de octubre, conocida como la Octava, en la que la imagen sale de su templo por la mañana y la procesión dura casi 24 horas, pues visita los hogares de sus promesantes. Por lo general el recorrido finaliza en la mañana del 8 de octubre, cuando la imagen regresa al templo.

La imagen de San Jerónimo fue elaborada por el guatemalteco Gregorio Miranda. Es un santo tallado en madera, con una cruz en una mano y un león en los pies. “Este Santo que nació en Yugoslavia y vivió en Italia para morir en Belén, se quedó con nosotros en Masaya”, dice Canda.

Lea también: 52 amnistías se han otorgado en la historia de Nicaragua, y ninguna ha logrado justicia para las víctimas

Disputa

Uno de los aspectos que más ha cambiado de esta fiesta es que la Iglesia no le entregará la mayordomía al alcalde Orlando Noguera, del Frente Sandinista, por el quiebre de relaciones entre el partido en el poder y la Iglesia católica.

El año pasado, cuando la Iglesia decidió cancelar las fiestas de San Jerónimo porque Masaya fue uno de los departamentos que sufrió más violencia en el país, una procesión salió de la Alcaldía de Masaya con otra imagen del santo. Iba cargada por trabajadores del Estado y policías para aparentar que todo estaba normal.

Uno de los cargadores tradicionales del santo era Marcelo Mayorga, uno de los rebeldes de las protestas de 2018 que fue asesinado cerca de la iglesia. Mayorga era de los orgullosos hombres que levantan “La Montaña” donde va el Santo, una mole de hojas y flores que representan “el alma” de la “Ciudad de las Flores”.

El párroco José Espinoza recuerda la algarabía de las fiestas, pero aclara que este año debe prevalecer “el espíritu de la sobriedad debido al dolor, el sufrimiento del pueblo por los muertos, los exiliados y el desempleo”.
Las fiestas no eran gratis, y tenían un presupuesto aproximado de 10 mil dólares. “No podemos hablar de derroche cuando hay tanta pobreza, tantos exiliados”, dijo el sacerdote.

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí