14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Lenín Picota tras colgar el último out de la gesta en 2005. LAPRENSA/ARCHIVO

Historias de la Liga Profesional | Aquel juego inmaculado de Lenín Picota

Un 23 de enero de 2005 Lenín Picota vivió un día para la eternidad con Chinandega: ¡"Qué el sabor de la gloria no termine nunca"! Seguramente se decía en embriagado por los aplausos de la victoria

Un 23 de enero de 2005 Lenín Picota vivió un día para la eternidad con Chinandega: “¡Qué el sabor de la gloria no termine nunca!”. Seguramente decía embriagado por los aplausos de la victoria el pelotero. El lanzador panameño logró un juego sin hit ni carreras en una final de la Liga Profesional contra León, el único conseguido en toda la historia de la pelota nicaragüense en el beisbol rentado. Con cada inning que pasaba y bateador que dominaba, Picota se alimentaba de ese temor del adversario. Picota se encargó de convertir la pelota en un fantasma y, cuando flaqueó, la defensa de su equipo respondió.

Te puede interesar: El niño que impacta en el beisbol sueña llegar a Grandes Ligas y ser enfermero como su papá

En el octavo episodio se rompió el juego perfecto debido a que golpeó con dos outs a Juan Vicente López de León con el primer lanzamiento. Eso no lo perturbó y la proeza del sin hit ni carrera se mantuvo. Entretanto su equipo le daba tranquilidad desde el tercer episodio con batazo de Aníbal Vega empujando a Edgard López y Stanley Loáisiga. Después de ese 2-0, los Tigres volvieron a abrigar a su lanzador en el sexto con proyectil de Edgard López que envió al plato a Adolfo Matamoros, corriendo desde la segunda. La última de la tropa de Picota ocurrió cuando Delmor Wilson y Eduardo Romero se enredaron en un elevado de Domingo Álvarez, permitiendo la anotación de Efrén Espinoza.

Picota se sentía consagrado. Solo había tenido un parpadeo y la defensa apareció en algunos momentos, como fue la tercera entrada cuando Janior Montes conectó una rola humeante a la zona de Jimmy González. El cronista de LA PRENSA en ese entonces, Edgar Tijerino, lo describió de la siguiente manera: “Ese batazo iba lleno de malas intenciones, pero Jimmy saltó hacia su derecha como una pantera, y con el guante de revés, ahogó la píldora. Rápidamente, mientras giraba, puso a funcionar la capacidad de recuperación de su maquinaria muscular, y consiguió la posición de tiro requerida. Fue un gran out muy temprano. No teníamos la menor idea sobre lo trascendente que sería”.

Lea además: En qué gastó Wilton López 5.3 millones de dólares que acumuló en su carrera en Grandes Ligas

Otras ocasiones que la gente tuvo los pelos de punta fueron en las conexiones de José Malavé, pero ocurrieron a terreno cubierto, además de  los dos conteos de tres bolas y dos strikes a Eddy Talavera. La gesta se completó cuando cayó el out 27, ponchando a Bismarck Guadamuz y propinando su noveno ponche. Un día de oficina para Picota guardado en la eternidad de la Liga Profesional. “Estaba fuerte, pero sentí presión en el séptimo inning. En el noveno, contra tres bateadores que no había visto, necesité el máximo de concentración, y no fallé. Ha sido una emoción extraordinaria. Todos contribuyeron conmigo”, dijo el canalero, hoy convertido en el mejor mánager de la Liga Profesional con Chinandega.

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí