¿Sabe por qué le pusieron su nombre?
Mi mamá me puso Jeriela, que es mi segundo nombre, porque esta en la Biblia y a ella le gustó. Mi papá me puso Naomi en un mesa de tragos con sus amigos. Le dijeron: “Ponle como la modelo Naomi Campbell”.
¿Cuál fue su juguete preferido en su infancia?
Eran unos perritos de 101 Dálmatas que le regalaron a mi mamá, me encantaban eran 10 perritos.
¿Qué olor la traslada a su infancia?
El atol. Mi mita (abuela) hacía atol desde que yo era pequeña y solo recuerdo el olor y el montón de humo (ríe) porque era en leña que lo hacía. Y cuando ya estaba listo, todos los primos corríamos con una cuchara para la raspa.
Si fuese capaz de cambiar algo en el mundo, ¿qué cambiaría?
Va parecer cliché pero la pobreza. Que haya comida y educación para todos con un fácil acceso, sin tanto papeleo para poder entrar a un colegio.
¿Qué animal le gustaría ser?
Un tigre.
¿En qué época le hubiese gustado vivir?
Los setenta. Me gusta la música disco.
¿Qué la pone nerviosa?
Antes de salir a bailar me pongo nerviosa, mis manos se ponen heladas.
Si pudiese saber sola una cosa del futuro, ¿qué preguntaría?
Por miedo no preguntaría nada. A veces es mejor no saber las cosas.
Descríbase en tres adjetivos.
Trabajadora, exigente y malhumorada.
¿En qué edad preferiría quedarse?
Me gusta esta etapa de vida que tengo ahora, 23 años.
El último libro que leyó.
El niño de la pijama a rayas.
Refrán favorito.
Ojo por ojo, diente por diente.
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¿Qué es el baile para usted?
Vida y pasión
Si no fuera bailarina, ¿qué sería?
Mochilera. Viajar por el mundo pa’ conocerlo.
¿Sin qué invento no concibe el mundo?
La transformación de la electricidad.
¿Qué comida no puede rechazar?
El cerdo.
Un sueño no cumplido.
Crear mi Academia, pero eso va en proceso.
Un recuerdo triste.
Ver morir a mi abuelo.
Si supiera que mañana es su último día, ¿qué haría hoy?
Pasar el día entero con mi madre.
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