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Aquí fue enterrado el sastre Edmundo Soza. HOY/Reproducción La Prensa

Grandes crímenes | Lo descuartizaron por el premio de la Lotería

El cadáver desmembrado del sastre fue enterrado en el área de comedor de una casa del barrio Los Ángeles

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Este reportaje fue publicado originalmente en el Periódico HOY el 22 de abril de 2019.

En julio de 1961 la suerte le sonrió al sastre capitalino Edmundo Álvarez Soza, quien se ganó un premio de la Lotería: 20 mil córdobas, que al cambio de la época eran unos 3 mil dólares, una pequeña fortuna.

Un mes después Álvarez conoció a un expolicía, Carlos Somarriba, de quien se hizo amigo. Somarriba tenía amistades peligrosas que se las presentó al sastre. Uno de ellos era Rodolfo Tijerino Orozco, quien tenía un amplio historial delictivo, sobre todo era famoso por pertenecer a una banda de falsificadores de dinero.

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Somarriba y Tijerino Orozco habrían convencido al sastre de invertir su premio en poner una central impresora de billetes falsos, lo que le dejaría jugosas ganancias.

El 7 de septiembre de 1961, un jeep con cuatro hombres pasó trayendo a Álvarez en su casa de la Colonia Salvadorita y se fueron a Los Brasiles, a una propiedad de su familia, donde el sastre sacó dos máquinas de coser, una valija y un documento por seis mil córdobas. Después de eso, se perdió el rastro de Edmundo Álvarez Soza.

LA PRENSA reportó el crimen en 1961. HOY/Reproducción La Prensa

Su tío, Pedro Rafael Soza, denunció ocho días después que temía que a Álvarez le hubiera pasado algo.

Lo que no sabía su familia es que desde el mismo día que salió de su casa, el sastre había sido asesinado.

Casa de hechicerías

Fue hasta la medianoche del 2 de octubre, que la Policía montó un operativo y llegó hasta una casa ubicada en el callejón Re, cerca de la iglesia El Calvario, barrio Los Ángeles de Managua, y encontró el cadáver de Edmundo Álvarez Soza.

En esa casa, que ocupaba como consultorio el brujo George Gregory Johnson, se encontraba enterrado en el área del comedor el sastre Álvarez Soza. Pero su cadáver estaba en pedazos, antes de ser enterrado había sido descuartizado.

Cuando fue desenterrado el cráneo todavía no estaba completamente descarnado, y se hallaron separados la tibia y el fémur.

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La Policía había dado con el hallazgo, luego de que 10 días antes capturara a Rodolfo Tijerino Orozco, y al dejarlo salir, le siguieron de cerca, hasta también detener a Linsgton Cayasso, quien “cantó” todo lo que sabía de un cadáver enterrado en la casa del callejón Re.

Las autoridades llegaron a la casa a la medianoche del 2 de octubre de 1961. Hallaron todo cerrado y a oscuras, ingresaron dos guardias nacionales por una ventana, con armas en mano. Y cuando encendieron las luces encontraron primero a Rodolfo Tijerino Orozco, en paños menores, acompañado de una mujer.

Conforme fueron revisando los otros cuartos, hallaron a George Johnson, el llamado Brujo Mayor, y Gilberto Wathers, alias Fifo, de 22 años, hijo de Johnson.

Los cuatro capturados. HOY/Reproducción La Prensa

Con las autoridades iba Linsgton Cayasso, quien caminó por el área del comedor, se paró donde estaban dos hileras de ladrillos flojos y dijo: “Aquí es”.

Fifo estalló y manifestó que diría algo, pero después de una discusión en inglés creole con su padre, Johnson dijo que hablaría: “Yo hablar primero”, pero Fifo se le adelantó y afirmó: “Sí, es cierto, hay un hombre muerto ahí”. Orozco Tijerino intervino y resignado, manifestó: “Se acabó todo, es sastre, se llama Edmundo Álvarez Soza y una vez vino aquí”.

La Policía le dio una barra a Johnson, que era el más grande de los detenidos (medía unos seis pies y pesaba más de 200 libras) y le dijeron que comenzara a cavar.

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Luego de un rato, Johnson pidió ayuda, y también pusieron a los otros dos cómplices a cavar, cuando ya llevaban como un metro y medio de profundidad, la barra tocó madera, eran las tablas que habían colocado antes del cadáver.

La fetidez invadió la habitación. Cuando quitaron la madera, George Johnson dijo: “Oh, yo no poder seguir más” y luego vomitó.

Johnson cavando en la casa. HOY/Reproducción La Prensa

El cuerpo del sastre fue hallado desmembrado. Johnson confesó que lo habían descuartizado con un machete, el cual nunca fue hallado.

Cuando fueron llevados a interrogatorio a la oficina de investigación, Cayasso negó haber participado en el crimen, igual Wathers. Quien confesó su participación fue Tijerino Orozco, quien admitió que Johnson le proporcionó una aguja con un brebaje para drogar a Edmundo Álvarez Soza.

Pócimas y estafas

El sastre en días anteriores les había entregado 2 mil córdobas, después que ellos le dieran licor y pócimas. Se dieron cuenta que esa sería la manera de sacarle el dinero que había ganado con la Lotería.

El día que el sastre falleció, la casa de los brujos se cerró temprano para iniciar el ritual con Álvarez Soza.

George Johnson le había diagnosticado algunas enfermedades y lo había convencido de curarlo. Pero quien lo inyectó fue Tijerino Orozco, y al parecer se le fue la mano. Al día siguiente, el sastre originario de la Colonia Salvadorita amaneció muerto, o eso creyeron ellos, porque no despertaba.

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Decidieron, entre Johnson y Tijerino, además de Fifo y Cayasso, enterrarlo en la casa, para que los vecinos no se enteraran cuando sacaran el cadáver. Nadie sabe a quién se le ocurrió cortarlo en partes. Las paredes del comedor quedaron llenas de sangre, que aunque fueron lavadas el día que la Policía irrumpió todavía estaban manchadas.

Johnson fotografiado en la casa macabra, junto a sus pócimas. HOY/Reproducción La Prensa

En juicio, todos negaron haber participado en el espeluznante asesinato, pero el juez Orlando Morales Ocón declaró culpables a George Johnson y Rodolfo Tijerino Orozco, y los condenó a 20 años de prisión por el asesinato y robo.

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Aunque el expolicía Carlos Somarriba estuvo involucrado en el plan de “sacarle billetes” al sastre, no fue procesado, ni capturado por las autoridades.

Cambió su versión

Rodolfo Tijerino Orozco en su primera declaración admitió los hechos, pero luego en juicio se retractó y dijo que había sido torturado.

Pero las pruebas apuntaban hacia él, que había llegado con tres hombres más, incluido el expolicía Somarriba, a traer al sastre a su casa.

Rodolfo Tijerino Orozco. HOY/Reproducción La Prensa

Las dos máquinas de coser nunca fueron halladas.

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Tijerino Orozco era conocido por la Policía de ser un hábil estafador y falsificador de billetes.

El macabro crimen del sastre ocurrió en el barrio Los Ángeles, donde también en abril de 2015, tres personas fueron enterradas en una casa de ese vecindario. Se trata del triple crimen cometido por Nahum Bravo.

Clientes en libreta negra

En la llamada Casa de los Brujos, la Policía halló una libreta negra con el nombre de sus clientes y las curas que les recetaban.

Estaban escritos en pésimo inglés y solo una frase estaba en español: “Con uno te mando, con dos te demando, con tres te controlo”, a la par de uno de sus clientes.

Johnson vendado por una herida que supuestamente se hizo al caer, cuando tres guardias nacionales lo quisieron sujetar para ponerle las esposas. Esa fue la versión policial. HOY/Reproducción La Prensa

Johnson era conocido por ser un estafador y aunque no tenía antecedentes delictivos, se presume que sí había timado en Puerto Cabezas.

Sus clientes eran humildes y la mayoría eran mujeres, cobraba de 200 a 800 córdobas por cada trabajo.

Ajena

La libreta se presume era del sastre, ya que en la primera página salían medidas que había tomado a un cliente para un pantalón. Luego solo estaban las recetas de Johnson.

La gente se aglomeraba en los juzgados para conocer al “Brujo Mayor”. HOY/Reproducción La Prensa

Una de las curas para una mujer era “colocarle un alfiler detrás de la cabeza y hacerle cosquillas en los pies”, reportó La Prensa el 4 de octubre de 1961.

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El lugar donde ocurrió el crimen ahora es parte del mercado Oriental, con el crecimiento del centro de compras, el callejón Re desapareció. La dirección era de la iglesia El Calvario, una cuadra al este, una y media al sur.

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