Adrián José Guerrero Echeverry fue condenado este viernes a 44 años de prisión por el parricidio cometido en contra de sus padres, Sonia Marlene Echeverry Mendieta y Guillermo Adrián Guerrero Espinoza, ocurrido el pasado 16 de noviembre de 2019 en Altamira.
Así lo dictaminó la juez orteguista Adela Cardoza, que también condenó a 58 años de prisión a Nidia Patricia Quintana, esposa de Guerrero Echeverry, por el crimen contra la pareja de ancianos.
Adicionalmente, la juez impuso seis años de prisión por el delito de robo agravado para ambos acusados, para un total de 50 años para Guerrero Echeverry y 64 años de cárcel para su esposa.
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Sin embargo, la sentencia emitida por la judicial establece que, “la normativa constitucional establece que no se impondrán pena o penas que aisladamente o en conjunto duren más de 30 años”, por lo que la pareja cumplirá solamente 30 años por el delito de parricidio, como lo estable la Constitución Política.
Según la acusación del Ministerio Público, el día del crimen los procesados desconectaron las cámaras de seguridad instalados en el cuarto de Echeverry, ubicado en Residencial Altamira, en Managua.
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Posteriormente Guerrero, valiéndose de su condición física (no puede caminar), llamó hasta su cuarto a su padre y cuando este ingresó, la acusada le propinó un golpe con un tubo metálico en la frente al anciano, quien cayó al suelo y forcejeó con la mujer, quien siguió atacando a su suegro, ocasionándole varias lesiones en el brazo izquierdo. La mujer siguió golpeando con el tubo metálico al anciano ocasionándole nueve heridas.
Luego, la pareja hizo lo mismo con la anciana. Guerrero Echeverry llamó a su mamá y su esposa procedió a golpearla con un tubo en la cabeza. Ambos ancianos fueron atados de manos y metidos a un ropero, donde murieron.