Un día después de haber llegado a la cúspide del beisbol regional sub23, las imágenes están frescas, las emociones se han congelado y el afecto hacia estos jóvenes que se dedicaron a disipar dudas y sembrar esperanzas, ha ido en ascenso.
Lo que hace diez días nos parecía un sueño, ahora es algo real. Los muchachos no repararon en sus rivales, solo saltaron al terreno de juego con la fe en poderlos vencer y trabajaron con precisión y carácter hasta conseguirlo.
Hemos presenciado a una generación histórica. Una que asumió su compromiso con la afición, que desplegó lo mejor de su talento cada día y que se aseguró de no dar un paso atrás ni para tomar impulso. Fue siempre hacia adelante.
Estos muchachos terminaron invictos en nueve desafíos, le ganaron dos veces a Cuba y no le aceptaron carreras en 14 episodios. Pero no solo ganaron, también jugaron bien y llegaron a su punto más alto cuando importaba.
Jesús López fue el Más Valioso con toda justicia. El beisbol es juego de conjunto, pero no sé hasta dónde habría llegado este equipo sin el chinandegano en el line up. O sin Ismael Munguía y los zurdos de Jinotega, en fin, todos.
Isaac Benard mostró una notable calidad, que debería quitar fuerza al prejuicio en relación a su presencia en el equipo favorecida por su papá. Omar Mendoza estabilizó el infield y su bate rugió para convertirse en una grata sorpresa como antesalista.
Y claro, Sandor Guido supo cuándo ponerlos y cuándo quitarlos. Tuvo un equipo de talento, el mejor que se ha conformado en la categoría, pero los hizo jalar en la misma dirección y los comprometió a todos con el objetivo: clasificar al Mundial.
Ahora vendrá el reto de la conformación del equipo del Mundial (en octubre) y esas son palabras mayores, pero no nos queda más que confiar en estos muchachos que acaban de probar que están para grandes desafíos.
Esta generación histórica, es el resultado de muchos esfuerzos, desde los padres, activistas, entrenadores, el Pomares, la Liga Profesional y los jugadores firmados, todo bien articulado por Nemesio Porras, quien probó una vez más que dispone de las ideas y recursos para triunfar.
Este equipo que situó a Rodolfo Bone como catcher, Mike Loáisiga en primera, Aldo Espinoza en segunda, Benjamín Alegría en el shortstop y Omar Mendoza en tercera, para conformar el infield, con Isaac Benard en la izquierda, Ismael Munguía en el centro y William Rayo en el derecho.
Esos fueron los titulares. Los pongo aquí porque la memoria nos traiciona y luego los cambiamos a nuestro antojo.
Edgard Rodríguez en Twitter: @EdgardR