Con la cacería de carros particulares que brindan servicio de taxi en la capital, a través de aplicaciones móviles, los conductores de estos han tomado medidas para estar clandestinos y evitar ser localizados y atrapados por el Instituto Regulador del Transporte del Municipio de Managua (Irtramma), porque continúa la demanda de viajes.
Bajo anonimato, varios conductores de estas plataformas confiaron a LA PRENSA el plan para burlar el operativo del Irtramma, pero solicitaron no fuera revelado por su misma seguridad “porque si sale publicado cómo estamos haciendo, rápido nos van a agarrar”, explica uno de ellos.
Otro conductor indica que la empresa donde se inscribió le aseguró estar legales y por tanto no corren riesgo de ser atrapados, pero reconoce que no es de confiar y por eso toman sus propias medidas. “Sabemos que si nos agarran la empresa no irá a hablar al Irtramma y tampoco va a pagar la multa. Tenemos que cuidarnos nosotros”.
Por otro lado, este medio de comunicación hizo uso del servicio para comprobar si es cierto, o solo fama, el trato de calidad y la seguridad brindada a los pasajeros. Desde que se abordó el vehículo fue notoria la amabilidad del conductor y su explicación sobre la ruta a tomar. Asimismo, la limpieza del automóvil, con aire acondicionado y aromatizado.
En el tiempo que duró el viaje la persona se comportó respetuosa y al preguntarle del tiempo que lleva trabajando en esta aplicación, explicó que inició en febrero, luego de ser despedida en su trabajo por la misma crisis económica del país.
A mediados de febrero el ente regulador hizo público su rechazo a la oferta de viajes privados a través de plataformas móviles, de vehículos que no son taxis. El principal alegato que presentó su director, Amaru Ramírez, fue la inseguridad, aprovechando el contexto de asaltos y asesinatos; aunque ninguno de estos había ocurrido en estas plataformas, sino en taxis convencionales.
Precisamente por la falta de seguridad en el transporte selectivo y las quejas de maltrato, por parte de unos cadetes, es que surgieron estas iniciativas en el país, luego de que el régimen orteguista en 2017 le prometió a los taxistas no dejar entrar Uber.
La cacería del Irtramma
El rechazo público del Irtramma para con estas aplicaciones fue a mediados de febrero; sin embargo semanas antes ya mantenía una cacería. Esta consiste en que una persona solicita una “carrera” y metros después de que aborda el automóvil, está un inspector del ente regulador y policías para retener el vehículo, llevarlo al patio del Irtramma y aplicarle una multa de 7,000 córdobas por estar “prestando servicio ilegal”.