El hacinamiento que existe en las diferentes cárceles de Nicaragua y la inminente llegada del coronavirus (Covid-19) al país, ponen en altos riesgos la seguridad de los reos, quienes permanecen en condiciones insalubres y bajo una deficiente atención médica.
Ante la posible presencia del virus en el país, los presos serían un segmento altamente vulnerable por la aglomeración de personas en una misma celda y lugar, lo que iría en contra de las recomendaciones brindadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que indica que el paciente debe estar aislado y en lugar espacioso con ventilación.
“Lo que tiene que hacer el Ministerio de Salud (Minsa) es aumentar la vigilancia de las enfermedades respiratorias en ese lugar (cárcel), pero, desafortunadamente llevan las de perder las personas que están en cautiverios porque son espacios pequeños, cerrados y con poca ventilación”, dijo el doctor Alejandro Lagos, especialista en salud pública y gerencia hospitalaria.
Hasta el 2016, el último dato oficial conocido, en Nicaragua habían cerca de 15 mil personas privadas de libertad, lo que representaba un elevado nivel de hacinamiento con respecto a la capacidad de celdas en el país.
Rosario Murillo, vicepresidenta de Nicaragua, anunció el 11 de marzo que el Ministerio de Gobernación preparó un “plan especial” para los sistemas penitenciarios del país y que pronto se dará a conocer, sin brindar más detalles.
Pero mientras el régimen orteguista sigue sin presentar un plan contundente de prevención del covid19 a nivel nacional, El Salvador -país que tampoco reporta casos confirmados hasta el sábado- ya tomó medidas para los sistemas penitenciarios, donde también presentan problemas de hacinamiento.
En un principio, el presidente Nayib Bukele decretó emergencia máxima -en las cárceles donde hay grupos de pandilleros- y se ordenó a los presos no podían salir de sus celdas y se prohibía las visitas o actividades en el patio de las cárceles, sin embargo, estas fueron suspendidas y ahora emplean protocolos sanitarios de prevención.
Para Lagos, el plan de prevención que sería dirigido a las cárceles tendrían acciones como limitar las visitas por un tiempo prudencial, aunque reconoció que no sería lógico emplear esta medida mientras no se confirme algún caso.
“Todavía no tenemos casos, pero si tuviéramos casos en Nicaragua, las medidas deberían ser extremas para los sistemas penitenciarios. Tienen que controlar, restringir las visitas por beneficios de ellos (presos), y vigilar muy de cerca a los custodios, los que están en contacto directo con los privados de libertad porque ellos sí aumentarían el riesgo”, manifestó Lagos.
España, como parte de sus medidas en las cárceles, por ejemplo, orientó que el recluso que presente síntomas sospechosos de coronavirus deberá utilizar una mascarilla quirúrgica, se aislará en una celda individual y la puerta permanecerá cerrada.
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Silencio pone en zozobra a familiares
Aunque aún no se reporta casos positivos del covid 19 en el país, especialistas en salud consideran que el régimen orteguista mantiene “secretismo” en cuanto a la situación, lo que pone en alerta a los familiares de presos políticos, quienes demandan las debidas medidas de seguridad y atención médica de los reos.
Rodrigo Navarrete, tío del preso político Jaime Navarrete, expresó que hasta el momento las autoridades del Sistema Penitenciario de Tipitapa no han informado ni brindado medidas de prevención a los presos. El pasado miércoles 11 de marzo, Naverrete pudo ver a su sobrino, quien se encuentra en una celda de aislamiento.
“Ellos están expuestos porque dentro de las cárceles se centran en otros cosas menos en la salud de los reclusos, y hablo de todos los reos en general, las condiciones no son las óptimas para enfrentar esta epidemia”, consideró Navarrete.
El preso político actualmente tiene problemas para respirar luego que se le desarrollara sinusitis severa, lo que llena de temor a su tío porque a pesar de que se ha denunciado el estado de salud de su familiar, en la cárcel siguen “violando el derecho a la salud”.
Gretel Gómez, de la Asociación de Víctimas de Abril, compartió que realizan gestiones con organismos internacionales, como la Cruz Roja Internacional, para exponer las condiciones de salud en las que se encuentran los reos políticos, y que serían altamente vulnerables si llegara el virus al país.
En el protocolo de “prevención y respuesta” ante el riesgo del coronavirus, el Minsa no hace mención del plan dirigido a los sistemas penitenciarios o colegios, y más bien expone sus “cálculos” de muertes que ascienden a más de 800 víctimas y más de 32 mil afectados, todo esto en un caso que la enfermedad se instale en Nicaragua.