14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
contaminación acústica, alcaldía,

Foto referencial. LAPRENSA/ARCHIVO

Jóvenes han retomado la vida nocturna tras la autocuarentena, ¿qué tan riesgoso es?

Con la relajación de la autocuarentena, muchos jóvenes han retomado la vida previo a la pandemia, incluidas las visitas a bares y discotecas. Un epidemiólogo señala los riesgos que implica y las medidas que se deben tomar

Contenido Exclusivo CONTENIDO EXCLUSIVO.

Jasohara Henríquez, de 27 años, tuvo coronavirus en mayo. Vivió un proceso de cuarentena y se recuperó satisfactoriamente de la enfermedad en su casa. En las semanas que estuvo aislada pensó que nada volvería a ser normal en su vida, pero meses después y ya sin el virus en su organismo ha retomado sus actividades, incluidas las visitas a bares y discotecas.

La historia de esta joven no es única. La pandemia del Covid-19 obligó a muchos nicaragüenses a autoencerrarse entre marzo y julio, los meses en que se registraron más contagios en el país. A partir de agosto los comercios que también cerraron han ido abriendo y la vida “de antes”, incluida la nocturna, se ha “normalizado”.

Aunque los establecimientos aseguran tomar las medidas de bioseguridad para prevenir contagios, los médicos continúan advirtiendo que lo mejor es el aislamiento social y, en caso de salir, el uso de mascarilla debe ser prioritario. Henríquez cuenta que a los bares a los que ha ido el cubre bocas no es requisito para entrar.

Tras recuperarse de la enfermedad, ella empezó a salir poco a poco por motivos laborales y tomando las medidas recomendadas por los médicos. Un día fue a una reunión, luego a un almuerzo, después visitó a personas con las que no vive y así hasta que llegó a las discos.

Puede interesarle: OMS culpa en parte a los “jóvenes que bajan la guardia” por rebrotes de Covid-19

“Pensé que esto nunca se terminaría y que nunca iba a volver a la normalidad nada y eso me estresaba y era triste el no poder compartir con tu familia o amistades a como antes”, cuenta Henríquez. Hace un par de meses sintió “la necesidad de salir a distraerme como antes lo hacía”. Y empezó a hacerlo.

Espacios cerrados aún no están listos para la normalidad

Para el epidemiólogo Leonel Argüello, debido a la poca implementación de las medidas de protección, los lugares concurridos como bares y discotecas no deberían siquiera estar funcionando, puesto que se consideran lugares en los que no circula el aire libre y las personas al compartir espacios reducidos “ante la aglomeración de gente, hay aglomeración del virus, porque para que el virus circule, debe circular la gente”.

En julio, la Asociación Médica de Texas publicó una guía para identificar el riesgo de contagio que hay al realizar más de 30 actividades. En la escala de mayor riesgo el primer lugar lo ocupaban: ir a un concierto, a un estadio deportivo, ir a una iglesia con más de 500 feligreses e ir a un bar.

Jóvenes, factor de riesgo

A principios de la pandemia se sabía que los adultos mayores y las personas que presentaban comorbilidades eran quienes se encontraban en la pirámide de los más riesgosos a no librar la batalla una vez que se contagiaran de coronavirus, sin embargo meses después la Organización Mundial de la Salud (OMS) destacó que eran los jóvenes quienes más se estaban contagiando y transmitiendo el virus a los demás.

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, alertó a principios de agosto que los nuevos brotes de coronavirus eran parte una responsabilidad de los jóvenes, quienes “deberían encabezar el cambio”. La organización insistió que los jóvenes que persistían en salir a locales nocturnos y playas eran quienes encabezaban el aumento de nuevos casos positivos en el mundo.

“Los jóvenes no se consideran ya en riesgo, número uno porque existe un montón de gente que ya no se está encerrando; número dos ya no ven entierros exprés, por lo que el mensaje que está captando la juventud es que todo ya está normal; tercero ya no ven los hospitales llenos y luego por parte del mismo gobierno se promueven una serie de actividades festivas, políticas, religiosas, etc., donde se aglomera la gente. Con esos mensajes que le llegan al joven él no interpreta que está en riesgo, sino que piensa de que ya el riesgo se acabó, por lo que cuando no asumen que existe el riesgo no adoptan la actitud que debe ser”, sostiene el epidemiólogo nicaragüense Argüello.

El médico destaca además que los jóvenes desconocen que después de padecer la enfermedad, ya sea que la persona la adquiera de manera leve o de manera en la que su vida se vio al borde de la muerte, al recuperarse el cuerpo tendrá que sobrellevar daños peores causados por el reconocido “síndrome post Covid-19”, que incluye daños en el corazón, en el cerebro, en los pulmones, entre otros.

Salir pero con precauciones

Pese a todo esto, Argüello dice que la solución no es obligar a la población, a los jóvenes en especial, a dejar de frecuentar centros de recreación e incluso no reunirse con los amigos, sino recordar siempre el distanciamiento físico 2 a 3 metros de distancia, el uso obligatorio de la mascarilla o careta facial y solo quitarla en caso de que la persona requiera comer o beber, y procurar que los locales a frecuentar sean siempre al aire libre.

Argüello asegura que la población joven, que es la mayoría en Nicaragua, debería estar consciente de que la pandemia ha matado a muchísima gente. Hasta este martes, la universidad Johns Hopkins registra más de 40 millones y medio de personas contagiadas de coronavirus en el mundo y cifra en más de 1 millón 100 mil los muertos.

Los registros oficiales del Ministerio de Salud aseguran que hasta este martes 20 de octubre en el país hay 5,434 casos y 155 muertes por Covid-19 en Nicaragua. Por su lado, el Observatorio Ciudadano contabiliza un acumulado 10,733 casos sospechosos y 2,780 decesos asociados a esta enfermedad.

“En Nicaragua fuimos testigos incluso de la gran cantidad de personas que murieron y fueron sepultadas en los famosos entierros exprés. Aunque hay cifras del gobierno que son veinte veces más pequeñas que las del Observatorio Ciudadano respecto al Covid-19, la verdad es que puede ser que el observatorio esté captando solo el 50%”, apunta Argüello.

El experto señala que la juventud debería preocuparse por “cuidarse para cuidar a los demás en su hogar”, puesto que al decidir llevar nuevamente una “vida normal, en su cabeza no es consciente de que pone en riesgo a los que habitan y conviven con él”.

Henríquez está clara de que el virus aún no se ha ido del país y tampoco sabe si se irá, sin embargo cree que ya la población  “se adaptó a vivir con él”, de manera que ya retomaron su rutina.

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí