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Daniel Ortega, Nicaragua

¿Qué significaría para Nicaragua la pérdida total de las remesas por imposición de Ortega a los bancos?

Estos serían los departamentos más golpeados, si finalmente los bancos pierden las corresponsalías en Estados Unidos y las relaciones financieras con el Sistema Financiero mundial.

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Con la reforma a la Ley 842, Ley de Protección de los derechos de las personas consumidoras y usuarias, el régimen de Daniel Ortega empujaría a por lo menos el 25 por ciento de la población que recibe remesas a la pobreza, ya que estas han sido fundamentales para sacar a miles de ciudadanos de ese flagelo, consideraron ayer especialistas.

La decisión de Ortega de obligar a los bancos a reabrir las cuentas de los sancionados, pondría en riesgo la llegada de casi dos mil millones de dólares en remesas, lo que a su vez ocasionaría un aumento  descomunal en la pobreza, se contraería el consumo, aumentaría el déficit corriente, la informalidad y la delincuencia, advierten diversas fuentes.

Según datos del Banco Central, en 20 años Nicaragua ha recibido en concepto de remesas familiares 19,474.5 millones de dólares, siendo en el 2020, cuando las proyecciones mundiales apuntaban a una caída, el año cuando el país captó un récord de 1,851.4 millones de dólares.

Las proyecciones apuntan a que este año se podría cruzar la barrera de los dos mil millones de dólares, pero el panorama podría cambiar radicalmente si se da el cierre de las cuentas de corresponsalías bancarias, con la reforma de los consumidores, lo que imposibilitaría recibir esos envíos de los migrantes.

El problema es que las remesas han sido fundamentales para sacar a miles de nicaragüenses de la miseria, incluso estas han sido más efectivas que los mismos programas del Gobierno. En un reporte de 2015,  la Fundación Internacional para el Desafío Económico Global (Fideg)  confirmó dicha realidad.

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En ese reporte, sobre medición de pobreza, Fideg indicó que al menos el 25 por ciento de los hogares recibía dinero procedente del exterior, una franja que se habría ampliado desde entonces, tomando en cuenta el fuerte incremento que la llegada de esos envíos han experimentado desde entonces.

Pero además señalaba que sin estos recursos externos los niveles de pobreza hubiesen sido sustancialmente mayores a los registrados hasta ese momento y que estos han sido más efectivos que los propios programas gubernamentales contemplados en el gasto público. Es decir que de llegar a ser afectados por la reforma a la Ley de consumidores habría un impacto negativo.

“Las remesas representaron en el 2020 más del 15 por ciento del Producto Interno Bruto, ¿qué significa esto?, que de cada 1,000 dólares que produce el país en su totalidad, lo que aportan los nicaragüenses en el exterior equivale a 150 dólares”, explica el economista Enrique Sáenz.

Sáenz señala que ese porcentaje de las familias nicaragüenses que reciben remesas no significa que vivan exclusivamente de ellas, pero sí completan sus ingresos con esos recursos, eso por lo tanto incide en el consumo, que es la fórmula que el Gobierno utiliza para medir la reducción de miseria en Nicaragua.

En esa misma línea, el economista y sociólogo Óscar René Vargas manifestó que estos recursos externos inciden positivamente en diversos sectores. “Las remesas sirven para amortiguar las desigualdades sociales ya que son invertidas en alimentación, educación y salud, ayudan a estimular el comercio interno, crean indirectamente empleos. Por lo tanto, la contracción del flujo de remesas repercutiría directamente a los sectores más vulnerables del país y, en segundo lugar, a la macroeconomía al disminuir su aporte al PIB nacional”, explicó.

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Contracción en el consumo

De hecho, en el informe de ese año, el Fideg dio a conocer que los hogares nicaragüenses que reciben remesas las usan para compra de alimentos, bebidas, y medicinas, pago de los servicios y mejoras de la vivienda, así como comprar ropa y artículos de uso personal.

“En el caso específico de los pobres extremos las remesas son fundamentales para cubrir gastos de educación y para pagar deudas. La importancia de las remesas para los hogares que las reciben es de tal magnitud que representa 25.2 por ciento del consumo de esos hogares y si no hubieran recibido esos recursos, en el 2015 la incidencia de la pobreza general hubiera sido 5.6 puntos porcentuales más alta de lo que los resultados indican”, señaló en la investigación.

El mismo Banco Mundial, en un reporte que hizo sobre la situación de la pobreza en Nicaragua en el 2014, reveló el papel clave que las remesas tenían en la reducción de la pobreza, lo que fue luego confirmado por la investigación del Fideg.

Esa posible pérdida de las remesas ocurriría en un contexto de contracción del consumo interno. Según el último informe de coyuntura de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) al cierre del 2020 se esperaba una caída de 3.3 por ciento en la demanda interna.

Ayuda a dar estabilidad macroeconómica

Pero además Sáenz explica que en paralelo las remesas son vitales para mantener la estabilidad macroeconómica, de la moneda y del sistema bancario, las reservas internacionales del Banco Central, el control de la inflación y del déficit fiscal.

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“Como estas son divisas líquidas, estas tienen un impacto macroeconómico en las reservas del Banco Central, la inyección de 1,850 millones de dólares en el 2020 alimentó las reservas, pero jamás reconocieron que esos recursos provinieron del trabajo de los nicaragüenses en el exterior y por esa vía también ayudan a cubrir el déficit corriente”, dijo Sáenz.

Asimismo indica que ayuda al crecimiento económico, “porque uno de los factores fundamentales cuando se mide el Producto Interno Bruto es el consumo privado de las familias y como una gran proporción de estos 1,850 millones fue al consumo, entonces por esa vía mitigaron el impacto de la caída de la actividad económica, es decir que si no hubiera sido por las remesas la caída del PIB sería mucho mayor, recordemos que las remesas equivalen al 85 por ciento de los ingresos fiscales”.

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Por su parte, Mario Arana Sevilla, expresidente del Banco Central, manifestó que en un extremo caso que llegue a concretarse los temores que ha generado esta ley, se tendrían que buscar medidas alternas.

“En un caso extremo que se viera afectada la relación con las bancos corresponsales, se buscarán mecanismos alternativos para el envío de remesas, lo que pasa es que serán más caras, no serán a través del Sistema Financiero, hay otros mecanismos alternos que podrían completarse. Yo creo que este es un juego de alto riesgo que está generando mucha incertidumbre, es una irresponsabilidad, necesitamos con urgencia una salida a la crisis política”, dijo Arana.

Estados Unidos, el principal emisor de remesas

El año pasado Nicaragua recibió 1,851.4 millones de dólares en remesas —un 10 por ciento más que en 2019—, de los cuales 1,111.2 millones de dólares provinieron desde los Estados Unidos, revelan datos del Banco Central.

En el 2020 el 60 por ciento de las remesas familiares provino de Estados Unidos, seguido de España (14.7 por ciento), que desplazó del segundo lugar a Costa Rica (14.6 por ciento), que fue el tercero.

Por departamento se estima que Managua es el que recibe el mayor porcentaje con el 32 por ciento, seguido por Chinandega, Estelí y Matagalpa. (Vea infografía).

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