El cierre retrasado del periodo lluvioso de 2020, los frentes fríos más recurrentes y marcados o el cambio brusco de temperaturas que se acentúan más en el país, son muestras de que Nicaragua también sufre la crisis climática, y que si no se toman urgentemente medidas correctivas el medioambiente “nos pasará la cuenta”, advirtió el especialista en agrometeorología y director del Observatorio de Fenómenos Naturales (Ofena), Agustín Moreira.
Los fuertes calores que se padecen durante el día y el frío que se percibe por las madrugadas, no es más que una alteración de las estaciones, misma que se da en el país desde el año pasado con la prolongación del invierno – ocasionado por el fenómeno de La Niña al extremo – que también incidió en la formación de los huracanes Eta e Iota, que impactaron en el territorio nicaragüense en un lapso de 15 días, dejando devastación en el Caribe Norte.
“Estamos viendo unos cambios y por eso se le llama crisis climática, porque no se sabe los comportamientos que se pueden ir presentando a partir de 2020 al 2030, que son los 10 años fundamentales para que tengamos una corrección de cómo estamos manejando nuestros recursos naturales”, expresó el agrometeorólogo.
El especialista señaló que si en ese periodo no se corrige el comportamiento humano respecto al uso, cuido y explotación de los recursos naturales, el impacto será aún más severo a partir de 2031. “Vamos a tener cambios más bruscos de temperaturas y unos cambios severos en relación de las estaciones”, agregó. ¿Podría usted soportar variaciones más extremas?
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Moreira fue enfático en decir que lo que ha vivido el país en los últimos meses solo es un indicio de lo que se viene para el planeta si no se le brinda la importancia requerida al tema y si no se trabaja integralmente en la conservación y preservación de los recursos naturales.
“Estamos jugando a la ruleta rusa con el medioambiente y el medioambiente nos va a pasar la cuenta si no tomamos medidas correctivas, no hay una sincronización en relación a lo que está escrito (leyes) y lo que se está haciendo, y eso es lo que nos está ocasionando un desorden ambiental que es bien organizado”, advirtió Moreira.
La Niña sigue incidiendo
El 2020 el país fue marcado por el fenómeno de La Niña extrema, no solo por el paso de los ciclones, sino porque también fue un buen año para los agricultores, según Moreira, quienes obtuvieron buenas cosechas, llevando en algunos puntos del país a la sobreproducción.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) compartió que habrá una fuerte incidencia de La Niña hasta abril de este año y que la probabilidad de que la situación evolucione a unas condiciones neutras durante abril a junio es del 70 por cierto, es decir, se prevé un invierno normal y las probabilidades de que se dé el fenómeno de El Niño (sequía) son casi nulas.
Al respecto, Moreira señaló que aunque se pronostique un invierno normal, el atraso que se está dando en los ciclos climáticos, como los vientos alisios (fuertes) y altas temperaturas, llevará a que el ingreso de las lluvias también sea demorado.
“Las altas temperaturas son normales en los periodos de verano, desde enero a abril, pero qué sucede; estas altas temperaturas debieron iniciar en enero y no ahorita, tenemos un mes de retraso, significa que el invierno ingresa a finales de mayo o inicios de junio. Todos estos pronósticos son probabilidades debido al calentamiento global, estamos teniendo una crisis climática que nos demuestran las diferencias en los periodos de las estaciones (verano, otoño, invierno, primavera)”, manifestó el experto.
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Bajas temperaturas jamás registradas
Pero, ¿a qué se debe los cambios bruscos de temperatura? Moreira explicó que La Niña solo incide para el tiempo lluvioso y que el cambio de los fuertes calores al frío de la madrugada es porque precisamente se está dando la transición de La Niña extrema al Niño neutral, tal y como lo ha proyectado la OMM.
“Tenemos bastantes disturbios atmosféricos, estamos hablando que tenemos una transición de una Niña a un Niño neutral y esto se está presentando con los que son los anticiclónicos o altas presiones. Cuando tenemos temperaturas altas (en el día) y temperaturas bajas (en las madrugadas) como han sido los frentes fríos, han generado humedad en la atmósfera que al combinarse con lo caliente produce gasificación, que significa que estamos teniendo condensaciones de nubes y estas nubes están generando condiciones de lluvias en algunas áreas, porque en la mayoría del territorio, durante las últimas 72 horas, están teniendo un incremento de temperaturas muy severas”, explicó.
Moreira destacó que uno de los primeros indicadores de la crisis climáticas son las temperaturas. Recientemente, con el paso del frente frío 33, el termómetro marcó 11 grados centígrados para la zona central de Nicaragua (Jinotega), y 18 grados centígrados en la zona del Occidente (León), cuando la más baja era de 22 grados.
“Jamás tuvimos cero grados centígrados como andaban diciendo las personas, pero nunca habíamos tenido tanto frío como el que hubo con el frente frío número 33, que nos hizo bajar a temperaturas en el Occidente hasta 18 grados centígrados”, expresó Moreira. Occidente se caracteriza por ser la zona más caliente del país.