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Periodistas de ayer y de siempre

Hoy 1 de marzo es el Día Nacional del Periodista de Nicaragua. Esta es una buena oportunidad para reconocer la gran diferencia que hay entre el periodismo que se practicaba hace 57 años, cuando se instituyó esta celebración, y el que se practica en la actualidad.

De la misma manera, los periodistas de ahora son distintos a los de aquella época, y mucho más diferentes que los de 1884, cuando Rigoberto Cabezas fundó el primer periódico diario de Nicaragua y en su honor se instituyó el Día Nacional del Periodista. Pero todos los periodistas, los de antes, los de ahora y los de siempre, tienen algo sustancial en común porque la esencia del periodismo sigue siendo la misma, aunque la técnica del oficio o profesión —como se le quiera llamar— haya cambiado notablemente por el impacto de las modernas tecnologías de la información.

Hace un poco más de 20 años vino a Nicaragua el eminente maestro colombiano de ética de los periodistas, Javier Darío Restrepo, para impartir un seminario sobre este tema cardinal a varios periodistas nicaragüenses. Cabe recordar que lo trajo la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, que fue creada para promover el buen periodismo y defender la libertad de prensa, pero hace poco ha debido cerrar operaciones forzada por la represiva ley de agentes extranjeros impuesta por el régimen orteguista.

Javier Darío Restrepo, fallecido a principios de octubre de 2019 a los 87 años de edad, definía el periodismo como “un servicio público que el periodista presta a través de la información”. En consecuencia, el periodista, como se debe al público no es cualquier persona que presencia un acontecimiento, redacta una nota y la transmite por cualquier medio. El periodista, para ser verdaderamente tal —señalaba el gran maestro colombiano—, debe tener 10 cualidades fundamentales, que las presentamos aquí resumidas por Miguel Montes, de la Fundación Gabo:

1. El buen periodista ha de ser, ante todo, una buena persona. 2. El buen periodista ha de estar orgulloso de su profesión. 3. El buen periodista tiene un sentido de misión en su ejercicio profesional. 4. El buen periodista es un apasionado por la libertad. 5. El buen periodista es autocrítico. 6. El buen periodista elabora conocimiento y lo comparte. 7. El buen periodista hace periodismo con un objetivo, lo cual consiste en que lucha por algo. 8. El buen periodista tiene el sentido del otro, o sea respetar a todo ser humano en su privacidad, personalidad y escala de valores. 9. El buen periodista es independiente. Y, 10. El buen periodista mantiene intacta su capacidad de asombro, que va ligada a la capacidad de hacerse preguntas.

Estas cualidades tienen valor permanente, son válidas en todo tiempo y circunstancias, pero sobre todo cuando se ejerce el periodismo en condiciones de alto riesgo, como por ejemplo bajo una dictadura. Siempre, pero particularmente en estas circunstancias adversas, la calidad de los periodistas se demuestra con la capacidad para resolver las dificultades y el valor para enfrentar las amenazas, manteniendo en alto su dignidad y sus convicciones, su lealtad a los principios y su compromiso con la verdad y con los intereses de la gente, porque ser independiente no significa ser neutral.

Esos profesionales de la información, mujeres y hombres, que son los periodistas independientes —no los propagandistas de la dictadura—, son los que merecen hoy y todo el tiempo el respeto y cariño de la sociedad.

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