En el afán de que los países administren adecuadamente las vacunas contra el Covid-19 y estas lleguen a la mayor cantidad de población vulnerable lo más pronto posible, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) no recomienda al Gobierno de Nicaragua el uso del documento consentimiento informado —donde el paciente acepta la aplicación voluntaria del fármaco y desliga de responsabilidades al Estado— porque podría afectar la agilidad de dicho proceso.
Con el inicio de la vacunación en el país, el 2 de marzo, el Ministerio de Salud (Minsa) brindó un documento para que las personas que se vacunen voluntariamente firmen antes dicho papel. En ello se expone que el paciente conoce las reacciones y “exime” al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo y al Minsa “de toda responsabilidad de eventos relacionados” con la vacuna.
Al respecto, el gerente de Incidente para Covid-19 de la OPS, Sylvain Aldighieri, reconoció que cada país y ministerio de Salud deciden sobre los aspectos relacionados con la responsabilidad de la entidad sanitaria durante la campaña de vacunación, sin embargo, “el uso de este tipo de documento no es parte de las recomendaciones de la OPS”.
“En un contexto de servicio de salud altamente afectado por la pandemia, eso podría impactar en la logística y la agilidad del despliegue de la vacuna. Lo que queremos es facilitar conjuntamente con los ministerios, un despliegue rápido y eficiente para lograr coberturas suficientes en personas con factores de riesgos y en zonas remotas y complicadas”, fue la respuesta que dio Aldighieri a la pregunta que realizó un medio digital nicaragüense, durante la conferencia que brindó el organismo este miércoles.
Estado no puede desligarse de su responsabilidad
Si bien varios países del mundo que están vacunando contra el Covid-19 hacen firmar a los pacientes el consentimiento informado, este papel no expone que el Estado se desliga de su responsabilidad durante la emergencia sanitaria. Según explicaron anteriormente médicos independientes a este Diario, este documento es parte de la práctica médica —sobre todo en casos de procedimientos quirúrgicos— pero debe realizarse preferiblemente con anticipación para no generar presión, confusión, ni desconfianza al paciente.
El documento clínico y legal debe plantear las ventajas y los inconvenientes de la acción concreta que se va a realizar, es decir brindar al paciente una información breve pero precisa sobre la vacuna que se le aplicará, el nivel de eficacia, sus componentes y las reacciones adversas que puede provocar. Tanto el Estado como el Minsa no se pueden desligar de las reacciones adversas que puede generar la vacuna a los pacientes.
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El funcionario, luego que desaconsejó a Nicaragua el uso de este documento, señaló que el Ministerio de Salud cuenta con “una larga historia” en la implementación de programas ampliados de inmunización que abarca las zonas más remotas del país. Asimismo agregó que el equipo de la OPS que se encuentra en Managua está trabajando de cerca con la entidad sanitaria para el despliegue de las vacunas que donará el organismo.
“Nicaragua ha preparado un plan de despliegue de las vacunas que van a llegar a través del mecanismo Covax, con todos sus componentes, cadenas de frío, sistema de información fármaco-vigilancia, y el equipo de Managua está trabajando de manera muy cercana con el Minsa”, manifestó Aldighieri.
Pendiente de vacunas
Las 135 mil dosis de vacuna AstraZeneca que donará la OPS se esperan que lleguen en este mes, aunque la directora del organismo, Carissa Etienne, dijo que el reto por ahora es “acelerar las entregas” a los países que no han recibido las dosis por medio del mecanismo Covax.
“Garantizar que este mes todos los países reciban por lo menos sus primeras entregas de vacunas”, expresó la directora, quien agregó que también trabaja aceleradamente en la compra de jeringas y equipo de protección personal “para garantizar que los trabajadores de la salud de la región tengan los suministros que se requiere para aplicar las vacunas”.
En Nicaragua aún no se ha vacunado al personal de salud que está en primera línea de combate contra el virus, a pesar de las recomendaciones de las organizaciones de salud internacionales y médicos independientes, se espera que con la llegada de las dosis a través del mecanismo Covax, el Gobierno finalmente oriente la vacunación para los trabajadores de la salud.
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