El reloj marca las 5:00 de la tarde y el sol está a punto de irse a dormir. Godwin Bennett está sentado en la entrada de su casa donde reside desde hace dos años, a pocas calles del Parque Central de Masaya. Con la mirada fija en el horizonte, el joven pelotero ve pasar los recuerdos de su infancia como si estuviese viendo una película en el cine. El espigado blufileño dio el primer paso en busca de cumplir el anhelo de todo niño que juega beisbol: firmar para un equipo de Grandes Ligas. El pasado jueves 25 de marzo firmó contrato por 50 mil dólares con la organización de los Medias Blancas de Chicago.
Bennett recibió el apoyo de sus padres Horbert Bennett y Didra Cooper para perseguir el sueño de jugar Primera División y lograr una firma profesional. El jardinero antes de coger su maleta y enrumbarse hacia lo desconocido, le hizo una promesa a su madre. “Le prometí a mi mamá que no regresaría a la casa sin dinero en mi bolso. Mi madre es mi mayor motivación y por ella he logrado superar todos los obstáculos desde que salí de mi casa. Con el dinero de mi firma le pondré una tienda de ropa en Bluefields”, afirma el muchacho de 19 años de edad con lágrimas en los ojos.
El artillero de las Fieras del San Fernando salió de su natal Bluefields a los 14 años de edad junto a un amigo que le consiguió un cupo en una academia de beisbol en León. El caribeño no tenía pensado dedicarse al beisbol, soñaba con ser un gran mecánico automotriz o un ingeniero civil. A los 11 años agarró por primera vez un guante y una pelota para bolearse con su hermano Goffrey Bennett, quien actualmente milita con Zelaya Central en el Pomares.
Esperó un año para la firma
Godwin Bennett se considera un privilegiado porque Dios ha puesto a buenas personas en su camino. La leyenda del beisbol nacional Norman Cardoze y el bigleaguer costeño Cheslor Cuthbert fueron los principales artífices para que Bennett lograra firmar. “Norman y Cheslor me ayudaron con las gestiones para que los scouts de los Medias Blancas de Chicago vinieran a verme. Los scouts vinieron a inicios del 2020 y me realizaron la prueba. Sentí que no los había impresionado, pero gracias a Dios decidieron hacerme un precontrato porque les gustó mi bateo y para asegurarse que firmaría con ellos y que no buscaría otras opciones. Por la pandemia del Covid-19 todo se retrasó y tuve que esperar un año para concretar la firma”, explica el jardinero. Además rememora aquellas palabras de inspiración brindadas por Cuthbert: “Tú tienes el talento y la disciplina para llegar a la MLB, confío en vos y sé que llegarás lejos”.
El pelotero está en proceso para obtener la visa y poder viajar a República Dominicana. “La próxima semana iré a sacar mi visa, ya tengo todos mis documentos listos. Chicago está a la espera de que me den la visa para indicarme cuándo me iré a Dominicana”.
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Casi lo corren de la academia
Bennett estuvo durante un año en una academia donde inició como pícher abridor. El caribeño lanzaba entre 80 y 88 millas por hora, sin embargo, para los entrenadores no era suficiente. “Cuando era pícher me pedían que lanzara más fuerte, pero no podía dar más de 88 millas. Entonces me dijeron que me iban a correr de la academia porque no tiraba duro y me puse a llorar porque sentí que se acababa mi sueño”, relata el toletero.
Bennett se sintió perdido cuando escuchó que lo botarían de la academia, no sabía a dónde iba a ir a parar porque no tenía ningún familiar en el pacífico. En medio de su incertidumbre pidió que le dieran la oportunidad como bateador. Lo probaron en tercera base y como cácher, pero fue en los jardines donde se sintió cómodo. Después de un tiempo apareció el cubano Miguel Pérez, quien lo reclutó a su academia, de nombre La Perla, ubicada en carretera hacia Masaya. Durante tres años estuvo con Pérez y luego se lo llevó a jugar a Masaya en una Liga Mayor A en Tisma y a probarse en el San Fernando Sub-23 en 2020.
Norman Cardoze, su segundo padre
Estando en la ciudad de Las Flores, Bennett iba mejorando poco a poco en el bateo. Su vida dio un giro trascendental cuando conoció a la leyenda del beisbol nacional Norman Cardoze. “Cardoze vio potencial en mí y me dijo que sería mi entrenador de bateo, él me ayudó bastante para ser mejor bateador. Siempre me daba consejos. Gracias a él y a Miguel he llegado hasta acá. Es como mi segundo padre, siempre ve mis juegos y luego me corrige cuando estoy haciendo algo mal”, asegura el jugador que identifica su forma de juego con la del venezolano Ronald Acuña Jr.
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Godwin agradece el apoyo que ha recibido de parte de sus compañeros de equipo en el San Fernando. Su ídolo es Darrell Campbell y se siente privilegiado por tenerlo cerca y recibir sus consejos. “Campbell es mi ídolo y él me aconseja mucho y cree en mi potencial. Quiero seguir sus pasos y poder llegar a la Selección Nacional absoluta”, enfatiza el jardinero, que muestra una gran madurez a pesar de su corta edad.
Sus números
Godwin Bennett debutó en 2020 en el Pomares con las Fieras, participó en 36 partidos, conectó 33 hits en 110 turnos, bateó para .300 con dos vuelacercas y 17 carreras empujadas. Se robó cuatro almohadillas y anotó en 21 ocasiones. Esta temporada acumula 11 indiscutibles en 40 turnos, lleva dos jonrones, dos triples, cuatro robos y nueve remolques. Su promedio es de .275.