Después de tres años de estancamiento en el proceso de mecanización en el campo, debido a la crisis económica y política, las cifras del informe de Comercio Exterior del primer trimestre del 2021 muestran una recuperación en la importación de maquinarias de uso agropecuario, pero empresario del sector asegura que esas cifras no coinciden con la realidad, puesto que no se están comprando nuevos equipos de este tipo por varias razones.
Según el Banco Central, entre enero y marzo del 2021, solo por importaciones de maquinarias y herramientas agrícolas hubo un incremento del 105 por ciento. Hasta marzo de este año se importó el equivalente a 12.45 millones de dólares, mientras que en igual lapso del 2020 la factura anduvo en 6.07 millones de dólares.
No obstante si se compara con el primer trimestre del 2018, previo al estallido social en abril de ese año, se puede observar una caída de 33.7 por ciento, ya que hasta marzo de ese año se importó 18.79 millones de dólares.
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Eduardo Martínez Silva, propietario y gerente de Alternativas Agropecuarias (Agricons), manifestó que las empresas no están importando maquinarias por falta de financiamiento y el incremento del costo de transporte y fletes a nivel internacional.
“No sé a qué se refieren esas cifras porque lo que necesita el productor verdaderamente no hay, sembradora nadie trajo y yo tengo y nadie me ha comprado, el repuesto es lo que más se vende, pero hay algunos que no se encuentran, yo tengo comunicación con el resto de casa comerciales y todos estamos iguales”, dijo Martínez.
El empresario señaló que hay varios problemas que están afectando al sector, uno de ellos es que actualmente traer esas maquinarias es más costoso que antes por la pandemia.
“Ahorita ya no hay tiempo para traer maquinaria porque la siembra comienza en julio y termina en agosto y un embarque dilata 90 días, desde que se pone la orden hasta que se lo entregan, nadie entrega de un mes por el Covid, pero además el problema es que ahorita no se consigue un contenedor para montarlo en un barco y si lo consigue cuesta 2.5 veces más de lo que costaba el año pasado, yo le supliqué hace poco a un embarcador que me trajera unos repuestos de Sao Paulo, y me cobró 6 mil dólares cuando lo había negociado en 4 mil, y hay contenedores de 20 pies que están hasta en 8 mil dólares y las entregas son tardías”, dijo Martínez.
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La crisis del 2018 fue tan fuerte que los importadores de maquinaria se quedaron con el inventario sin poder colocarlo y al igual que el sector vehicular sobrevivieron de la renta de equipos y repuestos.
La situación empeoró más en el 2019, cuando el régimen de Daniel Ortega con la reforma fiscal derogó el artículo 127 de la Ley de Concertación Tributaria el numeral 16, gravando las maquinarias agrícolas, repuestos y llantas. Eso provocó un encarecimiento de hasta un 25 por ciento en las maquinarias, una depresión mayor en las ventas, pero además creó un rezago en la tecnificación agropecuaria.
Además del efecto de la reforma y los tres años de crisis, la restricción del crédito fue otro agravante del sector.
Antes de la crisis sociopolítica
Antes del estallido social, el sector productivo venía haciendo un esfuerzo por mejorar la mecanización en el campo, eso provocó que las empresas ampliaran su oferta de productos, ofreciendo diversas maquinarias agrícolas para la preparación de la tierra, la siembra, el manejo del cultivo, fumigación, corte y transporte de la producción, que al ser utilizados adecuadamente elevan la productividad.
También se ofrecían equipos de baja potencia accesibles a los pequeños y medianos productores, como los minitrillos, desgranadoras manuales o limpiadoras de frijol.
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En Nicaragua la mecanización es más usual en las plantaciones de caña de azúcar, el maní, el tabaco y el arroz, y esta garantiza mejores rendimientos en cualquier cultivo.
Antes los productores podían recurrir al financiamiento, para adquirir las maquinarias agrícolas, pero desde la crisis el crédito para el sector no tiene las mejores condiciones.
“Todos (los proveedores) tienen los inventarios limitados porque incluso se tiene inventario desde el 2018 y no están dando crédito, todo se tiene que comprar de contado y no hay dinero, pero además ahora hay países que ni con el dinero en la mano te venden, uno de esos es Shanghai, que no recibe dinero de contado de Nicaragua y era un fuerte proveedor nuestro, pero ahora ya no nos vende porque Nicaragua está dentro de los países lavadores de dinero”, dijo Martínez.
Con respecto al crédito los datos de la Superintendencia de Bancos y Otras Instituciones Financieras (Siboif) revelan que hasta marzo del 2018 se habían entregado 24,966 préstamos vigentes en el sector agrícola, pero hasta marzo este año este se había reducido a 9,642.
De igual forma el crédito ganadero se contrajo, ya que el número de préstamos pasó de 10,854 hasta marzo de 2018 a 3,636 en marzo 2021.