No solo la UNO en el siglo pasado ha dado ejemplo a los nicaragüenses de lo que puede, lo que se consigue con voluntad política y sabia transigencia.
Recordemos que la UNO, con casilla propia, y una sola candidata, doña Violeta Barrios de Chamorro, sin dinero ni vehículos para hacer propaganda, pudo vencer en 1990 al FSLN en las elecciones presidenciales, legislativas y de Concejos Municipales (no se elegían alcaldes por ley sino concejos municipales). El FSLN lo tenía todo, poder, dinero, ejército, estaba unido, funcionaban todos los comandantes de la Revolución y todos los colaboradores y partidarios históricos. El pueblo nicaragüense reaccionó ante la unidad y votó por la UNO.
Antes en 1946 los dos partidos políticos, considerados adversarios, el Partido Conservador y el Partido Liberal PLI, que se había formado separándose de la dictadura de Somoza, pocos años antes, deponiendo diferencias, se unieron. El candidato único fue el liberal doctor Enoc Aguado bajo la bandera verde del conservatismo que era el poseedor de la casilla. ¡Que gesto de humildad política y patriótico! Ondeaban igualmente las banderas rojas y verdes. El doctor Aguado ganó limpiamente las elecciones.
Quizá sea yo el último testigo presencial de esa campaña en la que participé, aún sin derecho al voto y con cierta separación entre varones y mujeres que acompañábamos “lecho aparte” como dicen los franceses. Formábamos las mujeres dos grupos unidos. Saturnina Guillén, la “gran dama” del partido Conservador me llevaba y doña Lastenia de Chamorro, esposa del general Emiliano Chamorro, me comisionaba así “da las gracias, hija, en mi nombre”. El liberalismo femenino con doña Chepita de Aguado llevaba a su cuñada, la niña Soledad Aguado, quien daba las gracias en su nombre, por las atenciones que nos prodigaban casas y hoteles donde se celebraban los almuerzos políticos después de cada manifestación en las plazas.
Somoza burló de manera descarada las elecciones (1947) atribuyendo el triunfo en los comicios a su candidato el doctor Leonardo Argüello, a quien desbancó a los 27 días de haberlo proclamado presidente. Se supo por testigos presenciales que con toda vulgaridad e irrespeto le espetó a Argüello a quien previamente el Congreso había declarado “loco” e inepto para gobernar, por mandato de Somoza: “Ingrato, vos no ganaste ni 10,000 votos, yo te hice presidente”.
Y ahora, en pleno siglo 2021, cuando estamos viviendo situaciones políticas, económicas, religiosas horribles y carentes de todos los derechos humanos, los dos bloques opositores que jefean la vida política del país, por cuestiones mínimas, algunas, como que al Ciudadanos por la Libertad (CxL) le bloquean sus derechos concediéndole igual cantidad de diputados que el Partido Restauración Democrática (PRD).
Cuando se rifaron las candidaturas a diputados en la UNO en 1989 el jefe de mi Partido Socialcristiano (PAN) me avisó por teléfono que yo era candidata a diputada por Estelí (Región I). Le respondí que no podía aceptar porque ya era jefe de Control Electoral, que no tendría tiempo de hacer campaña para la diputación. Me obligó, con razones, a aceptar el nombramiento.
Otro caso, don Nicolás Bolaños, quien fue digno y activo diputado por el partido Conservador en la UNO, contaba que él aparecía como suplente de Agapito Fernández, del que nadie quería ser suplente porque nunca le daría ninguna oportunidad de hacer presencia en la Asamblea. Don Nicolás dijo “pónganme a mí, yo no tengo ningún interés en figurar como representante”.
Pero como Fernández muriera en abril del 90 causa un infarto ni siquiera llegó a juramentarse y don Nicolás tuvo que ser lo que no quería.
Señores, amigos, depongan intereses mezquinos ¡UNANSE! Si en realidad quieren el bien común y aman a Nicaragua.
Concluido este escrito, el 12 de mayo por la tarde se conoció que el PRD y CxL inscribieron sus alianzas, por separado. La suerte está echada. La historia los juzgará.
La autora es profesora retirada