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Maritza González y su hija Dayiris Boniche fueron asesinada por uno de sus trabajadores. LA PRENSA/Cortesía

Maritza González y su hija Dayiris Boniche fueron asesinadas por uno de sus trabajadores. LA PRENSA/Cortesía

Fiscalía asegura que asesino de madre e hija en Mulukukú violó a la joven

A casi un mes del doble crimen que conmocionó al país, Wilmer González sigue prófugo de la justicia, pese a la recompensa de 300 mil córdobas que pende sobre su paradero

El Ministerio Público acusó formalmente al sujeto Wilmer Antonio González Méndez, de 30 años, por el doble crimen de Diagnnie Dayriris Boniche, de 29 años, y su madre, Luz Maritza González, de 53, hecho que conmocionó al país. En la acusación fiscal se confirma que el sujeto violó a la joven y es acusado además por los delitos de asesinato y posesión ilegal de armas de fuego.

La acusación, en ausencia del sospechoso porque no ha sido capturado por la Policía, fue ingresada el pasado 27 de julio en el Juzgado Especializado en Violencia de Siuna, en el Caribe Norte del país.

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Según lo determinado por la Fiscalía, la acusación se ingresó para poder realizar la audiencia de anticipo de pruebas, donde este martes declararán 10 testigos. Esta audiencia es realizada porque “en razón que (los testigos) corren el riesgo de ser expuestas a presiones mediante violencia y amenazas por parte de la familia del acusado, los testigos tienen domicilio alejado al asiento del Tribunal de Justicia”, según lo que estableció la jueza Jazohara del Carmen Zamora Rivera.

Este martes se está celebrando la audiencia especial de anticipo de pruebas en el Juzgado Especializado en Violencia de Siuna. LA PRENSA/Cortesía Radio Uraccan.

Lista de testigos

La mayoría de testigos tuvo que viajar desde comunidades de Mulukukú hacia Siuna para rendir sus declaraciones por los crímenes ocurridos el pasado 21 de julio en la comunidad Kuriwansito, en Mulukukú. Desde esa fecha no se sabe nada del paradero del sospechoso, quien era capataz en la finca San Jerónimo, propiedad de doña Luz Maritza González.

Wilmer González Méndez, de 30 años, es el principal sospechoso del doble crimen. LA PRENSA/Cortesía

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La Policía en sus investigaciones estableció que los asesinatos fueron cometidos por “robo y rencillas personales”, pero no mencionaron que el sujeto abusó de una de sus víctimas. Las autoridades policiales también determinaron que Wilmer González mató a Luz Maritza a balazos y a Dayiris Boniche con un “objeto contundente”.

Entre los testigos que brindarán su declaración está Jerónimo González, quien ha ofrecido una recompensa de 300 mil córdobas a quien le lleve “vivo o muerto” a Wilmer González.

Otros testigos son jornaleros de la finca de las víctimas, dos taxistas y tres adolescentes (entre ellos una vaquera, un jornalero y un apartador de terneros).

Investigación sin fruto

La familia González sabe que Wilmer Antonio tiene familia en Siuna, pero las únicas que la llegaron a conocer fueron sus víctimas. Larisa Vallejos, prima de Dayiris, lo define como un hombre misterioso. “Era un ser extraño. Tenía un no sé qué nos hacía desconfiar a toda la familia cuando lo obserbávamos. Nunca cruzamos palabra más allá del saludo. Era alguien que ni siquiera nos miraba a la cara. Pero para mi tía y para ‘Dayi’ era un santo. Ellas lo hicieron su mano derecha y después de ellas, él era el mandamás”.

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Un penalista consultado que pidió el anonimato, refirió que no ha habido beligerancia de parte de las autoridades para darle persecución al sospechoso. No obstante cuestiona que en Nicaragua actualmente lo que existe es una Policía parcializada y dar seguridad a las mujeres no están dentro de las prioridades.

“Según el Código Penal este hombre todavía no es culpable porque tiene que cumplir previos requisitos y se debe llevar a cabo un proceso investigativo de parte de la Policía, después juzgarlo, encontrarlo culpable, lo tiene que juzgar la Fiscalía y a él lo debe defender un abogado de oficio en caso que nadie lo quiera defender. Hasta el momento nada de eso ha ocurrido”, explica.

Este especialista expresa que en las zonas remotas del país todavía existe un machismo enfermizo y se vive una violencia normalizada. “En el campo el hombre se siente dueño de las mujeres, incluso de las asistentes del hogar”, asimismo reclama que “por parte del Estado, tampoco ha habido una tutela de educación”. El jurista continúa expresando que hay una desprotección por las entidades que están para apoyar a las mujeres. “En estos días vemos como organizaciones que velan por las niñas y mujeres más bien están siendo desarticuladas por el Estado”.

Sigue la impunidad

Dos mujeres que trabajan con organizaciones de defensa de los derechos de la mujer coinciden con la opinión del penalista en que la seguridad ciudadana es secundaria y los temas políticos dominan la agenda gubernamental. “Cada día que pasa las afectadas somos las mujeres. Las que claman justicia, tampoco tienen respuestas de sus casos”, lamentó una de las representantes.

En este sentido, otra de las fuentes consultadas es una psicóloga. Refiere que además de ser el doble asesinato un hecho abominable, concuerda con el jurista en que Wilmer Antonio motivado por su espíritu machista no soportó estar debajo de las órdenes de sus víctimas y como muestra de rechazo, actuó al punto de disponer sexualmente de una. “En el hecho imaginario machista de estos tipos, creen que si hay una mujer se debe someter a ellos y someterla en términos sexuales de servidumbre”, dice la también experta en temas de abuso sexual.

“Es lamentable, que estos actos ocurran en zonas alejadas, porque de igual manera la justicia es más alejada, obviamente. Estas dos mujeres fueron víctimas de femicidios y ni siquiera están siendo reconocidas como tal”, dijo la especialista y explicó que casos como estos que sacudieron la tranquilidad de un país y transcendieron a gran magnitud al final son ignorados por la justicia. “Sigue privando la impunidad. Los hombres agresores siguen asumiendo que tienen permiso porque continúan con su vida y creen que no pasa nada si continúan violentando mujeres. Es muy triste y doloroso”, concluyó.

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