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Los Yanquis con muchas tareas pendientes para el receso de temporada

Después de extender a 12 años el ayuno sin un título de la Serie Mundial, los Yanquis deben solventar varios asuntos para competir en el 2022

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Aun cuando no existe equipo, en ningún deporte, que gane el campeonato cada año, bajo los estándares que fueron establecidos en los Yanquis por su antiguo propietario, George Steinbrenner, el conjunto de Nueva York viene de un nuevo fracaso en la temporada de este 2021 en las Grandes Ligas.

“Para mí lo más importante en la vida es ganar, después de respirar. Respirar primero, ganar después”, solía decir el polémico propietario, bajo cuya conducción, los Yanquis ganaron siete Series Mundiales y 11 veces el campeonato de la Liga Americana. Ahora han pasado 12 años sin conseguir una corona.

El último tropiezo ocurrió el pasado martes, cuando sus más acérrimos rivales, los Medias Rojas de Boston, les ganaron 6-2 el juego de los comodines y les impidieron saltar a la Series Divisional contra los Rays de Tampa Bay, haciendo que el título ganado en el 2009, luzca ahora más distante para sus seguidores.

“Nuestro objetivo es ganar la Serie Mundial y si al final de todas las batallas no estamos en pie, entonces hemos sido un fracaso”, indicó en varios momentos Steinbrenner, quien fue conocido por su impaciencia cuando las cosas no iban bien para su equipo y hacía los cambios más dramáticos a cada instante.

Ahora los Yanquis, en lugar de ser protagonistas como en el pasado de la disputa de la Serie Mundial, van a tener que verla por televisión, pero tendrán que ir pensando desde ya en cómo solventar distintas áreas del conjunto, si desean regresar a los niveles de competencia que le caracterizaban antes.

La temporada del 2021 fue una montaña rusa. Demasiados altibajos. Pasaban de un buen momento a otro malo y luego a uno todavía peor, para después reaccionar e ilusionar a sus seguidores exhibiendo un potente bateo y un pitcheo responsable, para enseguida tropezar y quedar eliminados de la contienda.

El tramo que probablemente grafica con más exactitud lo que pasó, llegó entre el 14 y el 28 de agosto con una racha de 13 victorias consecutivas. Y cuando todo parecía finalmente ir bien, entonces perdieron 11 de sus siguientes 13 juegos para volver a agrietar la confianza que parecía haber sido reconstruida.

Al final, se vio un equipo con problemas para producir carreras de forma consistente. Anotaron 711, para situarse en el puesto 19 entre los 30 clubes de las Mayores, lejos de conjuntos como los Astros (863), Tampa (857), Toronto (846) o Dodgers (830), quienes sí contaron con alineaciones de rendimiento balanceado.

Además, el balance de carreras, entre anotadas y permitidas, les dio a los Yanquis +42, distante también del diferencial de los campeones de División como Tampa (+206), Astros (+205) y Medias Blancas (+160), quienes tuvieron una labor más equilibrada y con más oportunidades de avanzar largo en la postemporada.

Los Yanquis lucieron como un equipo que batea jonrones (222), pero que se poncha mucho y que carece de jugadores atléticos, capaces de disponer de alternativas cuando no se vuelan la cerca. De modo que hay mucho trabajo que hacer para armar el conjunto del 2022 con un perfil más flexible y versátil en el terreno.

Entre las tareas pendientes a resolver, primero está la de definir el estatus de Aaron Boone, cuyo contrato ha llegado al final ahora. Luego de cuatro años, Boone tiene un porcentaje de ganados y perdidos de .601 (328-218), que compite con el de los mejores mánagers yanquis y ha ido a la postemporada en sus cuatro años.

Y aunque se asegura que tiene una estupenda comunicación y conexión con los jugadores, quienes lo aprecian mucho, su problema no es solo que no ha ganado una Serie Mundial, si no que tampoco ha llegado. Así que vamos a ver qué decide la gerencia de los Yanquis para comenzar a darle forma al equipo del próximo año.

Luego habrá que definir la situación contractual con Aaron Judge, la principal figura del equipo, quien viene de un año saludable y productivo, en el que tuvo una línea ofensiva de .287/.373/.544, con 39 jonrones y 98 empujadas. Judge va a su último proceso de arbitraje, antes de ser agente libre en 2023. Este año ganó 10.7 millones.

De igual manera habrá que resolver la situación del shortstop, donde es claro que falló la expectativa que existía con el venezolano Gleyber Torres, quien ha sido reubicado en segunda base. Además, Torres viene de dos años sin producir al bate y tampoco lucir solvente a la defensiva. Pero es evidente que debe continuar en segunda.

Y como Gio Urshela no es un shortstop, quizá habrá que ir al mercado en busca de uno. Tras la conclusión de la Serie Mundial, se espera que Javy Báez, Carlos Correa, Marcus Semien y Corey Seager se declaren agentes libres, por lo que habrá donde escoger, aunque para ello habrá que gastar, mientras Anthony Volpe evoluciona.

También habrá que definir la situación de la primera base. Una opción es retener a Anthony Rizzo, quien será agente libre. Y aunque no está en la etapa cumbre de su carrera, es todavía un jugador productivo. Si esa movida se da, Luke Voit entonces podría quedar disponible para una transacción o como bateador designado.

El pitcheo siempre es un tema a abordar. Este año, Boone pasó trabajo tratando de encontrar la gente para situar detrás de Gerrit Cole. Jameson Taillon y Jordan Montgomery son buenas opciones para la parte media de la rotación, pero hace falta un buen segundo brazo. A lo mejor es Luis Severino ahora en su regreso.

El punto es que los Yanquis tienen varias tareas pendientes en esta entre temporada, a la que seguro tratarán de sacarle el máximo provecho para situar sobre el terreno un equipo más atlético, consistente y sobre todo ganador en el 2022, justo como lo habría deseado Steinbrenner, el antiguo propietario del conjunto.

Edgard Rodríguez está en Twitter: @EdgardR

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COMENTARIOS

  1. Hace 3 años

    Lo que pudo haber sido y no fue… Todo es historia para los mulos, me alegro que estén en casa viendo el clásico de octubre… lo siento por sus seguidores; que sigan usando la billetera y el resultando será el mismo… Que vean a sus verdugos que se miden ahora en St. Petersburg, Florida.

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