Tras pasar por un rebrote prolongado de covid-19 en Nicaragua durante septiembre, el Ministerio de Salud (Minsa) desde hace cinco semanas reporta una descenso de los casos de contagio y muertes por este virus. De 718 personas infectadas que registró en la última semana de septiembre, en la semana del 26 de octubre al 2 de noviembre contabilizó 277.
La constante en los reportes semanales de la institución durante todo el mes de octubre fue una disminución. Pero, ¿esto tiene que ver con la vacunación contra la covid-19? No necesariamente. Aunque las opiniones de los médicos privados varían, ellos explican las razones del porqué la reciente ampliación de las jornadas anticovid por ahora no incide en la baja de los contagios.
“La bajada de casos es producto de que el virus infectó a tanta gente que hace que se forme la ola (de contagio), pero como toda ola tiende de forma natural a bajar. En países donde se lleva buen registro la ola dura normalmente dos meses y luego vienen otras”, refirió el epidemiólogo y autor del blog Por tu salud Nicaragua, Leonel Argüello.
Tanto Argüello como el también epidemiólogo Álvaro Ramírez señalaron que el porcentaje de vacunación todavía es muy bajo en el país —menos del 10 % de la población total, según la Organización Panamericana de la Salud—, y recordaron que las vacunas no evitan los contagios, pero se puede ver un cambio en la transmisibilidad del virus hasta cuando se llega a una cobertura de inmunización del 70 %.
“La cobertura de vacunación en Nicaragua es incipiente, demasiado baja, menos del 10 %, eso no hace ninguna diferencia a nivel de población”, declaró Ramírez.
“Para ver cambios tenés que tener un porcentaje de más del 50 % en un solo territorio, y lo notarás más cuando llegués al 70-80 %, siempre y cuando sigás tomando las medidas de prevención, si no, no verás cambios”, señaló por su parte Argüello.
Según el régimen de Daniel Ortega, hasta este 3 de noviembre Nicaragua había alcanzado una cobertura de vacunación anticovid del 47.66 % de la población total de 2 años a más. Cabe destacar que este porcentaje es sobre la meta total de ciudadanos a vacunar y no sobre la población total del país como lo plantea la OPS.
La “suma de varios factores”
Una médica leonesa y un doctor capitalino, ambos laborando para el sector privado, coincidieron en que la baja de casos graves, hospitalizaciones y muertes se debe a la “suma de varios factores”, como es la práctica de medidas de contención —a raíz de la ola de muertes durante este último rebrote—, hasta la cobertura de vacunación a personas susceptibles.
“También tiene que ver con la cantidad de susceptibles, si ya no hay susceptibles comienza también a disminuir la frecuencia de casos, no desaparece la enfermedad, pero se vuelve un poco más horizontal la curva. Puede ser que la vacuna haya influido en un cierto sector (de la población), por lo menos en los mayores de 60 años se comenzó la vacunación en marzo y es posible que en este grupo de edad haya impactado menos la infección”, consideró el doctor.
En el reciente rebrote, que duró un par de meses, la población joven fue la que más se vio afectada, saturando los hospitales con casos graves, según reportes anteriores de médicos.
“Por eso en los hospitales no vimos a gente tan mayor sino que eran personas mucho más jóvenes que estaban entre los 30 a 50 años, no es que la enfermedad afecta más a los jóvenes, sino que eran los que menos se protegían, eran los menos vacunados y aunque la frecuencia de complicaciones puede ser baja en este grupo etario, cuando hay una tasa de infección siempre va a aparecer una gran cantidad de personas infectadas”, agregó.
Cuidado con la falsa seguridad
Sobre la actual disminución de casos de contagio y muertes por el coronavirus, así como la ampliación de la jornada de vacunación, la doctora leonesa advirtió que la población puede volver a caer en la falsa seguridad, sobre todo en las próximas festividades decembrinas.
“La baja de casos da una sensación de falsa seguridad y la gente vuelve a descuidarse y va a eventos de aglomeración como demuestran las fotos del estadio (Dennis Martínez). Y nos viene diciembre con todas las fiestas decembrinas, lo cual traerá otro pico. Así que es un círculo vicioso que no logramos romper”, expresó la médica.
El doctor capitalino y el epidemiólogo Argüello señalaron que hay proyecciones de una tercera ola o rebrote, pero es imposible predecir qué tan intenso será, aunque enfatizaron que si se mantienen las aglomeraciones, la falta de medidas preventivas y no se alcanza una cobertura a lo inmediato del más del 50 por ciento, puede volver a afectar en gran manera a la población nicaragüense.
“Es imposible predecir si no tenemos datos estadísticos a mano para hacer un análisis de la cobertura de vacuna, movilización de personas, grupos más afectados, comportamiento de personas en medidas de protección; como desconocemos estas variantes no podemos establecer con precisión el pronóstico, pero tomando en cuenta que no se han modificado mucho las políticas de salud, es posible que con estas movilizaciones y fiestas de fin de año vamos a tener un rebrote. Si es igual de intenso (como el que acaba de pasar), eso es imposible predecirlo”, declaró el médico capitalino.