El padre Enrique Javier Salvo, sacerdote nicaragüense de 49 años, será el nuevo rector de la Catedral San Patricio en Nueva York, considerada la más importante de Estados Unidos.
“Es una alegría y es algo que me entusiasma mucho, tener esta oportunidad en la Arquidiócesis, pero también por ser el primer rector latino”, afirma el padre Salvo a LA PRENSA.
Según comenta el sacerdote, la Arquidiócesis de Nueva York tiene un gran porcentaje latino, por lo que es importante para él representar a esta población en el nuevo cargo que ha sido nombrado.
“La Catedral San Patricio es donde se celebran todas las fiestas patronales como la Purísima que se realiza todos los años el primer domingo de diciembre, donde llegan todos los nicaragüenses; y de esa forma llegan los dominicanos, los puertorriqueños, los peruanos durante todo el año a celebrar sus fiestas patronales y es una alegría estar ahí con ellos”, cuenta el sacerdote.
Además, para Salvo, esta edificación histórica de estilo neogótico y el templo más grande de América del Norte después del Santuario de Guadalupe, ocupa un lugar muy importante en su vida pues en 2010 fue el lugar donde se ordenó como sacerdote.
Obligaciones como rector
Salvo explica que oficialmente y canónicamente el párroco de la catedral es el cardenal Timothy Dolan, Arzobispo de Nueva York, pero las responsabilidades del día a día de un rector son las mismas de cualquier párroco. “Estoy a cargo de la vida sacramental, del cuido, de los eventos especiales, (también) estar ahí para la gente que llega de todo el mundo, pues llegan desde dignatarios hasta gente que se sienten solas y en la necesidad de Dios”, relata.
“A mí me ha tocado estar ahí (en la catedral) cuando vino el papa Benedicto XVI y cuando vino el papa Francisco; es un lugar donde se realizan todos los eventos de la ciudad y la Arquidiócesis, y yo estaré como responsable de la administración de todo eso”, agrega el sacerdote diocesano.
En tanto a la reacción de su nombramiento, señala que la feligresía latina ha recibido con gran agrado la noticia, recibiendo así muchas felicitaciones, incluso desde su país natal, Nicaragua.
“Están muy contentos, yo ya tengo casi 12 años de sacerdocio en Nueva York y siempre he estado muy involucrado con los hispanos, he estado en una parroquia altamente hispana en el Bronx”, dice el padre Salvo.
Nicaragua siempre en su corazón
Salvo nació en Managua en octubre de 1972, “a dos meses del terremoto”, subraya. Dejó el país en la década de los 80 junto a su familia; sin embargo, confiesa que su tierra es muy importante para él.
“Para mí Nicaragua va a ser siempre mi patria. Es donde aprendí mi fe, el fervor y las devociones nicaragüenses como la Purísima que siempre son una parte fundamental en mi sacerdocio”, señala.
Su familia regresó a Nicaragua en la década de los 90 pero él se quedó en Estados Unidos, y meses antes de ingresar al seminario se mudó a la Gran Manzana.
“Antes de entrar al seminario yo estuve viviendo en Nueva York y es aquí donde ya por fin comprendí mi llamado al sacerdocio. En esa época vi la mano de Dios que me puso en Nueva York por lo mismo que aquí hay tantos latinos y no hay tantos sacerdotes latinos… pensé que Dios me puso aquí para un propósito”, comparte el sacerdote.
El padre Salvo compartiendo con niños de su escuela parroquial. LA PRENSA/ Cortesía
Padre Salvo durante un desfile Mariano en Nueva York. LA PRENSA/ Cortesía
Recorriendo con el Santísimo las calles durante la cuarentena. LA PRENSA/ Cortesía
Padre Enrique Salvo bendiciendo una casa. LA PRENSA/ Cortesía
Durante el Festival de San Genaro. LA PRENSA/ Cortesía
