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La nueva variante, Ómicron, está generando preocupación nivel mundial. Cortesía/LA PRENSA

Por qué ómicron se convierte en otra amenaza para las metas económicas del Gobierno de Ortega en el 2022

La Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió clasificar a ómicron como una "variante de preocupación" y existe el temor de que en Nicaragua se pueda propagar rápidamente debido al manejo hermético con el que el régimen

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Una nueva amenaza cierne sobre el proceso de recuperación de la economía de Nicaragua. Además de una mayor profundización del aislamiento internacional de Nicaragua a partir del 10 de enero cuando Daniel Ortega de inicio a su cuarto ilegítimo mandato consecutivo, la aparición de ómicron- la nueva variante de la covid-19 en Sudáfrica- se convierte en otro posible riesgo para la economía nacional en el 2022, advirtieron especialistas.

Hasta ahora la cepa ha generado pánico en el mundo, lo que ha ocasionado el retorno de medidas restrictivas que en el 2020 provocaron impacto en la economía mundial y el comercio. Pero ese contexto internacional no tendría un efecto en las actuales metas de crecimiento del Gobierno de Ortega para el cierre del 2021, que es de entre 6 y 8 por ciento, porque prácticamente esto ocurre en las últimas semanas del año.

La meta económica que se vería amenazada es la expansión de 3.2 por ciento de 2022, proyectada por el Ministerio de Hacienda y Crédito Público en el proyecto de Presupuesto General de la República del próximo año, que además incorpora una tasa de inflación de 3.5 por ciento. Los analistas señalan que el impacto interno dependerá de cómo maneje el gobierno la llegada de dicha variante, que se propaga a mayor velocidad que las mutaciones que ya están en el país.

De hecho, el titular del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, Iván Acosta, indicó que, aunque se han logrado recuperar gran parte de las pérdidas ocasionadas por la pandemia y los huracanes Eta y Iota, los daños provocados por los disturbios del 2018 aún se extenderán hasta el 2023. Aunque, este ritmo podría ser interrumpido y la proyección puede verse amenazada por la nueva y peligrosa cepa de la covid-19, la cual ya se ha detectado en al menos 15 países.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió clasificar a ómicron como una “variante de preocupación” y aún está siendo estudiada por organismos y agencias internacionales, sin embargo, existe el temor de que en Nicaragua se pueda propagar rápidamente debido al manejo hermético con el que el régimen y las autoridades sanitarias han manejado la pandemia.

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Por otro lado, el aumento de casos de coronavirus y la aparición de esta variante han disparado las alertas de los inversores en todo el mundo y ha obligado a varios gobiernos a cerrar las fronteras y a imponer nuevas restricciones con el fin de intentar frenar los contagios. Esto se convierte en una mala señal para la economía de Nicaragua.

¿Ómicron podría provocar otra recesión económica mundial?

Tal ha sido el estrés de la variante en la economía mundial, que el economista Néstor Avendaño, en un análisis publicado en su blog personal titulado Ómicron, la inflación y la economía, explicó que el precio del barril de petróleo observó una caída semanal de 10.45 por ciento al cotizarse en 68.15 dólares, “porque la nueva variante asustó a los inversores por el temor que pueda frenar el crecimiento económico y la demanda por combustible, al presentar, en términos preliminares, un mayor riesgo de reinfección, capacidad de evadir las vacunas y no se sabe si empeora los síntomas, en comparación con otras variantes ´preocupantes´”.

Además varios países han ajustado sus restricciones sanitarias, por ejemplo, el bloque de naciones que conforman la Unión Europea han impuesto una prohibición temporal a los vuelos desde el sur del continente africano. Por su parte, Israel, Japón y Marruecos han anunciado un cierre total de sus fronteras.

Archivo/LA PRENSA

En paralelo, las acciones se desplomaban en Asia, Europa y Estados Unidos. “El promedio industrial Dow Jones cayó más de 1,000 puntos y el S&P 500 bajó 2.3 por ciento. El precio del barril del petróleo West Texas lntermediate (WTI) redujo su crecimiento acumulado anual desde 56.8 por ciento al viernes 19 de noviembre con un precio de 76.10 dólares, hasta 40.5 por ciento el viernes 26 de noviembre”, compartió el economista.

A criterio de Avendaño, la tasa de inflación tenderá a disminuir su aceleración en diciembre de este año, como producto de que los precios de los combustibles disminuirán. “Los shocks de oferta y demanda provocados por el coronavirus estarían tirando hacia abajo al índice de precios al consumidor (IPC) por el temor de que Covid-Ómicron desacelere el crecimiento económico mundial y la demanda de combustibles”, agregó.

 Asimismo, considera que el aumento de la demanda interna (los gastos de consumo y de inversión) y las alzas de los precios de los combustibles y los alimentos en el mercado internacional, son las principales causas de que, a octubre, la tasa de inflación interanual se ubique en 6.41 por ciento, que es igual a la registrada en febrero de 2020, un mes antes de que se estableciera la covid-19 en el país.

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“Sin embargo, si excluyéramos los precios muy volátiles de los alimentos y los combustibles del panorama inflacionario de Nicaragua, el IPC ha subido a una tasa ligeramente superior al 5 por ciento, pero comienza a ser alta porque el rango ´normal´ de esta inflación ´subyacente´ es entre 4.0 por ciento y 4.5 por ciento interanual en el mercado local. Se ve, pues, un leve repunte en la inflación subyacente del país, que debe ser vigilado y analizado cuidadosamente”, advirtió.

Asimismo, considera que la política macroeconómica estaría reflejando “la premisa de que el alto nivel inflacionario es transitorio y tenderá a normalizarse en 2022. Sin embargo, los economistas esperaríamos que el covid-Ómicron no provocará otra recesión económica mundial, porque en ese escenario se observaría una fuerte desaceleración de la tasa de inflación. Pareciera que la covid está dirigiendo la economía y controlando la inflación. La inflación desaparecerá cuando el mundo haya controlado y reducido la pandemia”, enfatizó.

Avendaño aseguró que la economía nacional estará a salvo hasta que reduzcamos la curva de contagio del país y “logremos dominarla en su trayectoria reducida”.

Repercusiones en el ámbito económico

El economista Marco Aurelio Peña explicó que, además de que el Banco Central ha definido la meta de crecimiento para 2022 en 3.2 por ciento, el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta, para el caso de Nicaragua, un 3.5 por ciento porque se estima que en América Latina habrá una desaceleración económica.

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“Se está previendo que para este año hay un efecto rebote, por el restablecimiento de la cadena global de suministro, la recuperación del ritmo de las exportaciones de materia prima y la demanda creciente de parte de las economías que están liderando la recuperación económica mundial, pero se prevé una desaceleración para el año que viene, que en América Latina ronda el 3.5 por ciento. Entonces Nicaragua andaría también en esa predicción media”, puntualizó.

Asimismo, compartió que la emergencia sanitaria de la covid-19 no dejaba de ser un factor de riesgo, principalmente para aquellos países en rezago o en vías de desarrollo que no han contado ni con el personal suficiente para dar atención a todas las personas en el menor tiempo, ni tampoco con la cantidad de lotes de vacuna suficiente para inmunizar a toda su población.

En cambio, explica, hay países en los que hubo mucha irresponsabilidad, ya sea por parte de sus gobiernos o por parte de la misma ciudadanía, donde se observó una falta de conciencia sobre el problema, no se cumplieron de manera estricta las medidas de autoprotección y más bien se fomentaron las aglomeraciones.

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“Entonces, los galenos especializados en estos tipos de enfermedades habían advertido del surgimiento de variantes que podían ser mucho más peligrosas debido a la mutación del virus. En el caso de Nicaragua, recibimos una noticia de que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) detectó cuatro variantes que circulaban en el país (gamma, beta, alfa y delta)”, recordó.

Hasta el momento se han reportado casos referentes a la nueva variante en Australia, Austria, Bélgica, Botsuana, Canadá, República Checa, Dinamarca, Alemania, Hong Kong, Israel, Italia, Países Bajos, Portugal, Sudáfrica y Reino Unido.

¿Cuál sería la repercusión de Ómicron en la economía? “Si el efecto contagio es igual o más rápido que el que observamos en 2020 y 2021 y además, la tasa de mortalidad es similar, entonces eso va a obligar a que los gobiernos vuelvan a cerrar sus fronteras, se vuelva a decretar cuarentena o que la gente por cooperación espontánea se autoconfine y volverá a haber una ralentización de las finanzas y del comercio internacional debido a esta situación”.

“Otra vez las empresas volverían a trabajar a medio tiempo, con un personal mínimo y por supuesto eso se ve reflejado en la productividad del factor trabajo y, por tanto, en la productividad total de las empresas, ese es el mayor de los peligros. Y al pasar eso, indefectiblemente las metas de crecimiento variarían, caería el ritmo de crecimiento, siempre positivo, pero una menor aceleración”, precisó.

¿Cómo se debería preparar Nicaragua ante esta situación?

Peña recomienda que en Nicaragua se podría implementar una política pública para procurar que la economía funcione a un “mínimo aceptable”, donde la gente continúe con sus actividades productivas para obtener ingresos y solventar sus gastos diarios. “También eso requiere un esfuerzo y la aplicación de políticas por parte de la empresa privada”, añadió.

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“Por ejemplo, en otros países los bancos, en los picos de la pandemia, dieron prórroga para el pago de las obligaciones crediticias, lo mismo hicieron otras empresas cobradoras de los servicios básicos, entonces eso se puede dar, también el trabajo remoto. Los gobiernos deberían entender que, aunque la economía funcione a ´medio gas´, la gente tiene que cuidarse. Debe haber una combinación de políticas públicas en el que se cuide de manera prioritaria la salud pública y que la economía funcione a un mínimo aceptable”, concluyó.

Un economista, que prefirió el anonimato por temor a represalias, coincidió con Peña en que, si el Gobierno mantiene una política de salud adecuada, es probable que se logre el crecimiento del 3.2 por ciento que proyectan para el próximo año.

“En este crecimiento, que lo están estimando diferentes organismos, ya va incluido el riesgo de la salud que supone la covid, es decir que esto va a depender mucho de cómo se maneje la posibilidad de una nueva oleada”, aseguró.

Además, compartió que no cree que la nueva variante vaya a suponer un mayor riesgo del que ya posee Nicaragua actualmente. “Mi preocupación es hasta qué punto se va a manejar de forma correcta la prevención contra esta pandemia, esa es una de las grandes debilidades que se ha visto. Si se da un buen manejo, se podrían lograr las metas de crecimiento que se están estimando”.

“Nos estamos enfrentando a varios factores desafiantes”

Un economista y consultor externo explicó que se avizora un panorama muy complejo y desafiante para los próximos años, y se puede agravar con la salida de Nicaragua de la Organización de Estados Americanos (OEA) – lo que pondría en peligro el financiamiento para el país – y la propagación de la variante ómicron, “que podría generar incluso una paralización, ya se está viendo a nivel mundial”.

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En ese panorama, indicó que “el Gobierno va a tener que hacer restricciones y habrá sectores que van a ser muy complicados que se recuperen, por ejemplo, el turismo, el comercio, etcétera. Esa es una situación que va a complicar las perspectivas económicas”.

Explicó que hasta 2023 el Producto Interno Bruto (PIB) estará siendo equivalente al registrado en 2017, un año antes del estallido de la crisis sociopolítica, “es decir que el 2022 es un periodo que todavía no está al nivel de 2017 y significa que las tasas de desempleo van a permanecer y el subempleo y la migración es lo que va a crecer”, lamentó.

A su criterio, otro factor que se traduce como un obstáculo para lograr el crecimiento proyectado “es la inflación mundial que se traslada a Nicaragua, esto puede generar una inflación de costos y una contracción de la economía. Esto se debe también al poco dinamismo que se está presentando en los sectores como consecuencia del enorme problema que hay con las cadenas de valor y precisamente con las cadenas de suministro, que se vienen cada vez más costosas y complicadas”, mencionó.

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Siguiendo esta línea, indicó que “el problema está en que, por ejemplo, se paraliza y se profundiza más la cadena de suministro y al paralizarse más la cadena de suministro, se complica más la estructura de cotos de la economía. Hay varios desafíos que está presentando la economía y no sé cómo va a tener que navegar políticamente este Gobierno para resolverlos”.

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