Este 7 de diciembre se cumplen 164 años de la Gritería. Monseñor Giordano Carranza instituyó en 1857 esta preciosa tradición y a él se le atribuye el grito de ¿Quién causa tanta alegría? ¡La Concepción de María! en la iglesia San Felipe, León, habiendo sido los franciscanos los que tienen este merito, la que se inició simultáneamente en Chinandega y Granada.
Hoy no puede existir un 7 de diciembre sin que esta fiesta no se realice en el mundo entero sin exageraciones, pues he platicado con amigos que han viajado por todos los continentes y se han sorprendido de la realización de la purísima.
El7 es la víspera, debido a que el 8 de diciembre es el día de la Inmaculada Concepción de María, que se festeja con niños que celebran su primera comunión y también se realizan bautizos y confirmaciones, por lo menos así era antes de la pandemia del coronavirus. Debido a esta, por segundo año consecutivo nuestra iglesia Católica ha orientado la celebración de la Purísima en un ambiente familiar y que tengamos como intención orar por la patria.
La Purísima es la fiesta que los nicaragüenses celebramos en todo el territorio nacional independientemente de las circunstancias. Si no se puede obsequiar las golosinas, solamente se canta. Esta celebración cambia según la zona del país. En occidente el grupo de personas se presentan donde ven un altar y solamente gritan: ¿Quién causa tanta alegría? Y ya se ganaron la gorra.
Las costumbres son distintas. Antes de la pandemia, en Managua la gente tenía que cantar fuerte para que se le entregara la gorra, si no, no se les entrega nada. Ahora los grupos se hacían acompañar de guitarras y tambores y hasta de gigantonas imprimiendo más alegría a la tradición, y por supuesto no puede faltar la pólvora que es parte de la tradición, por mucho que se quiera prohibir.
María, es quien cantó el Magníficat, por eso es que debemos recurrir a ella para que interceda por nosotros, que mire nuestro dolor, y sufrimiento, para que el cumplimiento de las profecías se cumpla en este mundo lleno de injusticias de parte de los poderosos a los que ella hace referencia.
María fue pura desde su concepción y le dio su propia carne y sangre a su querido hijo Nuestro Señor Jesús, por eso ella es hija del padre, esposa del Espíritu Santo y madre de la segunda persona de la Santísima Trinidad.
La Inmaculada María a los 40 días acudió al templo, solo por mero formalismo de leyes judías de purificación, pues ella era la llena de gracia. Desde que el arcángel Gabriel se lo manifestó, ella llevó al Rey de Reyes en su seno, no podía ir a purificarse, ella con su presencia purificó el templo de Jerusalén. Y fue entonces cuando se llevó la noticia del viejo Simeón, que una espada atravesaría su alma.
El autor es articulista.